Desde Bérgamo a la Avenida Gorlero

Los helados de Arlecchino, conocidos tanto por uruguayos como por turistas, se venden desde hace doce años en su tradicional local casi al final de la Avenida Gorlero de Punta del Este. En verano, es frecuente ver largas colas de clientes hasta altas horas de la madrugada en esta heladería italiana, esperando para degustar un producto artesanal. Sus dueños, Angelo Barcella y su esposa María Teresa Fornasiero, dejaron su Italia natal para instalarse en la principal ciudad balnearia uruguaya y sacar provecho de la especialidad de su propietario: la preparación del helado artesanal.En Italia, la familia de Barcella ya poseía una heladería. Fue en ese negocio familiar donde Angelo aprendió los secretos que hoy hacen de Arlecchino un punto casi obligado en el recorrido por la Península. Según Fornasiero, nunca consideraron instalar algo que no fuera una heladería. Es él quien hace los helados en la planta de elaboración, mientras ella atiende el local comercial. El plan original era aprovechar de un doble verano: trabajar seis meses en Italia y seis en Uruguay. "Pero la idea de ir y venir no resultó porque teníamos dos niños pequeños que debían cursar la escuela. Luego de dos años optamos por residir en forma permanente en Punta del Este", explica el empresario.Desde sus comienzos y hasta hoy, la heladería trabaja con un local comercial arrendado en Punta del Este y una planta elaboradora en la ciudad de Maldonado. "En su momento la inversión fue grande", recuerda la propietaria, ya que una de las máquinas más importantes para el proceso de elaboración y las dos heladeras del local, las importaron de Italia.OFERTA. Arlecchino abre sus puertas todo el año. Según su propietaria, la temporada alta de este negocio empieza en la primera semana de noviembre y termina el último día de Semana Santa. Durante ese período, el local comercial trabaja ininterrupidamente todos los días desde las 11:00 de la mañana hasta las 3:00 de la mañana, aunque el horario de cierre se puede extender hasta un poco más de las cuatro si hay muchos clientes. En invierno, en cambio, abren sólo de viernes a domingo; y cierran veinte días para que el personal tome licencia. En verano trabajan más de veinte personas, incluidos sus dueños, que se distribuyen entre el local y la fábrica. En el resto del año las tareas se reparten entre siete personas.Cuarenta y ocho sabores llegan a ofrecer durante la temporada, completando así la capacidad de frío del local. En invierno, la planta mantiene una...

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