La lección del BPS

La intervención del Banco de Previsión Social (BPS) a través del cruzamiento de datos con la Administración Nacional de Educación Pública (ANEP) permitió un providencial golpe de timón en el manejo de aspectos fundamentales de las políticas sociales. Allí surgió que hay unas 32.000 asignaciones que se pagan a chicos que deberían asistir a centros de estudios y no lo hacen. La mayoría, ni siquiera está matriculado o inscripto en el sistema educativo. De ellos unos 7.000 corresponden al ciclo primario y el grueso a jóvenes de entre 14 y 17 años que se encuentran en secundaria.El Presidente del organismo, Ernesto Murro, fue además inflexible en que el incumplimiento debía ser sancionado y solo cedió ante el planteo del Presidente de la República de conceder un plazo de 30 días para normalizar la situación.La decisión del BPS y la posición de Murro que no fue compartida por los ministros Olesker y Brenta denotan enorme preocupación y responsabilidad por la suerte de esos miles de chicos que quedarían condenados a vegetar en este mundo tan globalizado sin un bagaje de conocimientos mínimos que les permitan encarar son cierto optimismo su futuro.La educación es la herramienta esencial de la inclusión social y si se carece de ella, los caminos que se les abren a los que quedan fuera, son tremendamente peligrosos. No se necesita ser muy pesimista para augurarles un destino lleno de problemas, que golpearán fuerte a toda la sociedad. Obvio que la sanción es antipática, que afectará sensiblemente a las familias involucradas. Pero no es arbitraria ni caprichosa, porque, además, se ajusta al marco legal. Es una consecuencia de la actitud de los mayores y de los menores de rehusarse a aceptar la contrapartida de la ayuda del Estado.El Estado los asiste para que puedan escapar de una situación de marginalidad, pero ellos también deben querer escapar de esa condición. El único camino es buscar superarse y no resignarse a vivir de la caridad estatal, changas o cosas peores. Para Brenta y Olesker sobre todo la decisión del BPS y la ANEP fue una crítica pública a cómo se estaban llevando adelante las políticas de asistencia social. Quedó claro que la tarea del Mides no puede empezar y terminar con la inclusión de personas en el Plan de Equidad, que las asignaciones que reciben ($1.400) por menor son una ayuda para superar serias dificultades presentes, pero deben preocuparse para que sus hijos no repitan el mismo panorama. Que junto con la ayuda, el Mides debe buscar y...

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