Brasil, la lucha por la cultura

Fernando Enrique Cardoso, ex presidente de Brasil, un formidable ensayista, un amigo del Uruguay, fue invitado por la Escuela y Liceo Elbio Fernández para abrir el Congreso de Educación; y en esa apertura pronunció un discurso memorable, apoyado maestramente, en la modestia. No había venido al Uruguay a dictar cátedra. Habló de nuestras dificultades compartidas, para derrotar la ignorancia:-- Yo nací en el año 1931, hace ochenta años. Cuando yo nací, todavía el 65% de los brasileños seguían sin saber leer o escribir.”“Durante la colonia, los portugueses prohibieron la educación en Brasil. Las consecuencias de eso son fáciles de notar hoy en día. La primera universidad como tal , que existió en Brasil, se creó en el año 1934. Hasta la emancipación, no había habido nada; la formación básica se hacía en Coimbra: y así siguió por mucho tiempo.”Comento: La desgracia ajena, cuando se ve superada como ocurre en Brasil, sirve de consolación. Se diría que templa el ánimo de los caídos, que es nuestro caso. Siempre se puede mejorar si hay voluntad inquebrantable de hacerlo; y tener ese impulso, es lo que falta aquí y ahora. Los resultados uruguayos que arrojan las pruebas Pisa, son desastrosos; y perfectamente armónicos con las comprobaciones que acaban de ser publicadas sobre enseñanza pública. Somos un país de buenos antecedentes; que fueron tirados a la papelera. Hay que borrar y pensar de nuevo.¿Qué hace la gran sensibilidad social ¡Arriba los pobres del mundo!? ¿Qué hace un gobierno de izquierda cuando los pobres son y serán los más perjudicados y los peor tratados? Un packing forrado de desprecio es el plan oficial, se cumple repartiendo dinero y punto. Ninguna ayuda es peor que la asistencia fría, mes a mes, sin contraparte en educación. Es inmoral quebrar la moral de los asistidos; los lleva a pensar mal de sí mismos. ¿Qué aprendieron losbeneficiados con los planes regalones? ¿Qué aprendieron, los hijos de esos beneficiados? Nadie está más desamparado que esos muchachos echados a la calle.Losplanificadores de la no enseñanza pública dan explicaciones que los desacreditan. ¿A quien piensan convencer conel yo no fui? ¡La culpa viene de Germán Rama! y ¡del plan Ceibal! Y lo peor imaginable: Viene ¡¡de las familias pobres!! Compadezco al Presidente de la República que no atina a nada y da este golpe bajo: le reprocha a los más infelices, no estar a la altura de los ricos. Era un momento para apiadarse y ayudarlos. En todos los países de Sudamérica hay más pobres...

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