Buen programa en lucha acústica

El segundo concierto de la temporada de otoño de la Orquesta Filarmónica de Montevideo se caracterizó por presentar un programa sumamente ecléctico.A diferencia del primero, donde predominaron dos grandes exponentes del clasicismo y del prerromanticismo como lo son Mozart y Beethoven, este nos llevó desde el clasicismo mozartiano, pasando por la música contemporánea del compositor Luis Rojas para finalizar con el neoclasicismo de Prokofiev.El Concierto para flauta, arpa y orquesta fue compuesto en París en abril de 1778 a pedido del Duque de Guines que era un aficionado flautista y su hija Marie Adrienne que tocaba excelentemente el arpa además de estudiar composición con Mozart. A pesar de que el compositor detestaba ambos instrumentos el resultado fue magnífico siendo hoy en día uno de sus conciertos más ejecutados en todo el mundo.La flautista Olga Bertinat supo extraer de su instrumento sonidos firmes y bien proyectados. Se desempeñó con igual soltura en los registros bajos como en los altos. Además de un buen dominio técnico, expresó su refinada musicalidad. Se pudo percibir claramente la excelente escuela que le trasmitió su maestra la profesora Beatriz Zoppolo.Por su parte la arpista francesa Mélissa Kenny demostró una vez más su exquisita sensibilidad, talento y virtuosismo.Desde el comienzo se impuso su genuina belleza de acentuación rítmica, así como su sonido cálido flexible y límpido. Su técnica es clara y precisa, y su interpretación es rica en matices. Ambas solistas lograron una fusión perfecta con la Filarmónica. Daniel Hasaj condujo la orquesta dando prioridad a los planos, sin opacar en ningún...

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