En busca de la identidad

Álvaro Gutiérrez armó el equipo de adelante, con los goles de Alonso, para atrás.El Nacional de Álvaro Gutiérrez, que desembarcó en el Apertura con el objetivo de desafiar la lógica y en las primeras cinco fechas hizo de los rivales difíciles (Danubio, River, Defensor Sporting), fáciles, y de los que en lo previo surgían como simples (El Tanque Sisley), complejos, parece dispuesto a romper otra de las sentencias impuestas en el fútbol: que los equipos se arman de atrás para adelante. El nuevo Nacional se empezó a construir desde el ataque a la defensa. Desde los goles de Iván Alonso hasta la solidez que mostró la última línea de cuatro en el último partido.La maduración del equipo de Gutiérrez, que busca su identidad, se va consolidando de esa forma porque los siete tantos que anotó el artillero de Nacional le brindaron al equipo aire para ganar confianza en los sectores en los que estaba más desprotegido.Entonces, la generación de fútbol del polifuncional Gonzalo Porras, las corridas de Sebastián Fernández y Leandro Barcia, y el fútbol de Gastón Pereiro, dotaron al ataque de una solidez propia de un equipo que sabe a lo que quiere jugar de mitad de cancha para adelante.Sin embargo, faltaba lo más importante. La defensa. Que construyó desde el medio, con la versatilidad que le da Porras y la solidez que suele transmitir Diego Arismendi (debutó en la cuarta fecha), ahora en su nueva versión goleadora.Solo le faltaba consolidar la última línea. La lesión de Jorge Fucile, un jugador desnivelante como lateral derecho, le permitió al técnico descubrir en Santiago Romero un comodín de lujo. Por la sobriedad con la que se maneja en el control de una zona difícil como es jugar contra la raya y porque los minutos de fútbol le fueron dando confianza, se soltó al ataque, como si hubiera jugado toda su vida en...