El callejón de Los Hormigueros, la 'zona roja' del barrio Pocitos

Roban, intimidan a vecinos y comerciantes, destrozan autos, explotan cajeros automáticos y se mueven con impunidad por el Camino de Los Hormigueros, un callejón ubicado en un punto neurálgico de Pocitos.

Su radio de acción abarca un par de manzanas a una cuadra de la rambla. La zona está limitada por las calles Chucarro, Manuel Pagola, Buxareo y el callejón que no tiene más de 150 metros de largo.

Según las denuncias de los vecinos, un grupo de "cuidacoches", que la Intendencia de Montevideo no tiene registrados, busca "hacerse valer" en el lugar.

En general se ubican en la zona del estacionamiento del supermercado Disco y el Club Banco República, y por la noche acampan en la Plazuela de las Lavanderas. Sesenta residentes del lugar firmaron una carta denunciando que estas personas "se drogan, cocinan, cuelgan ropa, mantienen relaciones sexuales y hacen sus necesidades" en la zona.

La situación, que es complicada de día, se agrava por las noches. Algunos vecinos les dan dinero por temor a que les rayen el auto o los amenacen.

Según han podido comprobar, no son siempre los mismos. Los que "deambulan" por la zona van cambiando día a día, y hay jornadas en las que suelen dormir sobre la calle Benito Blanco en el retiro de un edificio deshabitado.

"La verdad es que estamos hartos de esta situación. Queremos vivir con seguridad. Y nos amenazan a diario", comentó Bernardina Saralegui, una de las vecinas que ofició como vocera de la agrupación.

Roberto Fernández trabaja desde hace cuatro años en una peluquería lindera al Disco. Hace dos semanas, estacionó en la calle y dos individuos de esta gavilla lo intimidaron para que les permitiera lavar su automóvil. Fernández les dijo que no quería, lo que generó una discusión que terminó con una exhibición de armas blancas por parte de los cuidacoches.

Cuando regresó al final de la jornada al estacionamiento, se encontró con las ruedas del vehículo pinchadas. Presentó denuncia en la Seccional 10ª.

Como no ven que haya una respuesta ante este problema, los vecinos multiplican denuncias en un expediente que crece en un despacho de la fiscalía.

Las denuncias abarcan hechos de todo tipo: una mujer a la que le robaron la cartera, otra que salía del supermercado con dos bolsas y le arrancaron el collar, y un hombre que rompió una botella de cerveza y amenazó a otra vecina con un vidrio exigiéndole la cartera y el teléfono celular.

El peluquero, conocedor de todo lo que pasa en el barrio, se comunicó con un grupo...

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