Cambalache parlamentario

Si algo distinguió a este Parlamento, que estira su mandato a través de sesiones extraordinarias, ha sido su pésima producción. No por la cantidad de leyes aprobadas sino, por la muy pobre calidad de su tarea.

Basta ver las inconstitucionalidades que le han caído y, en otros casos, las dificultades de interpretación de normas que son leyes y con las cuales deben sobrevivir y defender sus derechos los ciudadanos de este país. Penoso.Sus cinco años (1.826 días) no han sido suficientes para asumir la responsabilidad que le compete como Poder Legislativo y así ofrece en estas últimas jornadas el triste espectáculo de sancionar leyes de indudable trascendencia a la carrera. Si con tiempo hizo las cosas mal, ahora, pisando desenfrenadamente el acelerador, las perspectivas estremecen. La mayoría automática le permite aprobar al voleo todo lo que se le presenta o se le ocurre. No hay necesidad de estudiar, ni defender seriamente y con argumentos fundados lo que se propone, porque los votos para su aprobación están, y cualquier crítica o propuesta diferente es fácilmente descartada: la mente descansa (y ha descansado de lo lindo), las enyesadas manos alzadas trabajan.

Ese fue el espectáculo del pasado lunes: la Cámara de Diputados se reunió para aprobar la Ley de Servicios Audiovisuales (Ley de Medios), el nuevo Código Penal, la reforma de la Ley Orgánica de la Policía y el aumento a los judiciales, en conflicto desde hace varias semanas. Como quien dice, "caramelos surtidos".

La Ley de Medios resultó finalmente aprobada, pese a las advertencias de serias inconstitucionalidades planteadas por la oposición y por todos los juristas consultados. Cierto que a través de su largo peregrinaje por los pasillos parlamentarios se mejoró bastante el proyecto inicial enviado por el Poder Ejecutivo, pero la amenaza a la libertad de expresión, subsiste. No se puede andar haciendo definiciones conceptuales ni reglamentando contenidos cuando la Constitución dice, derecho viejo, que "es enteramente libre…". Había quedado en suspenso antes de las elecciones pero, ya victoriosos, volvieron a la carga con ella. Veremos qué pasa.

La reforma a la Ley Orgánica Policial: se aprobó en Diputados y ahora pasa al Senado. Estuvo dos años durmiendo la siesta en los cajones del Legislativo, pero de golpe vino "el pedido" de que había que aprobarla. Desde la oposición se la califica como un "intento de politizar la Policía", lo que a la luz de los antecedentes no parece una...

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