Campanero, la nueva cárcel de los 'privilegios'

El Ministerio del Interior cerró la Cárcel Central y anunció el fin de los "privilegios". Sin embargo, los presos que allí se encontraban fueron a una prisión en el campo con varias comodidades: losa radiante y acceso a celulares, entre otras cosas.El 20 de septiembre el Ministerio del Interior publicó en su página web una nota, con video incluido, en la que detallaba cómo el cierre de la Cárcel Central ponía fin a los "privilegios" en el sistema carcelario."La emblemática edificación -contigua a la sede de la Jefatura de Montevideo, sobre la calle San José- cerró definitivamente como centro de reclusión para privados de libertad, devolviendo la igualdad de tratamiento al sistema", decía el comunicado.Además, detallaba la manera en la que un preso con influencias económicas o políticas podía acceder a condiciones de reclusión muy superiores a las que tiene la mayoría de las 10.000 personas privadas de libertad en Uruguay."Durante años, el edificio fue alojamiento para quienes conseguían, de las autoridades de turno, el privilegio de contar con esa repartición para cumplir la pena impuesta por la Justicia. Un tratamiento desigual que estaba reservado para quienes podían `pagar` su estadía o tenían ese `contacto` para acceder al beneficio de purgar condena en sus instalaciones", explicaba la publicación.Incluso, el comunicado detallaba que "durante mucho tiempo estuvo presente en el imaginario colectivo que bastaba con tener recursos económicos o alguna `palanca` política, para poder acceder a este centro de reclusión" y aclaraba, además, que ese punto era "algo que los hechos terminarían demostrando".Ese concepto de cárcel con determinados beneficios también fue manejado a mitad de este año por el director del Instituto Nacional de Rehabilitación, Luis Mendoza. El jerarca dijo a la prensa que el cierre de Cárcel Central terminaría con "los privilegios" dentro del sistema carcelario.Mendoza había comentado que la Cárcel Central ya no rehabilitaba a nadie y que se había transformado en un centro destinado a quienes tenían recursos.Sin embargo, los hechos parecen mostrar que los "privilegios" no se terminaron, sino que siguen bien presentes en el sistema carcelario uruguayo, y que hay presos que cumplen su condena en instalaciones claramente superiores a las destinadas para la mayoría.La cárcel de Campanero, a tres kilómetros de Minas, departamento de Lavalleja, cuenta con un edificio central que tiene cuatro sectores, con una capacidad total para 120 presos...

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