Capitalismo de Estado en China

Cuando China ingresó a la Organización Mundial del Comercio (OMC) en diciembre de 2001, mucha gente pensó con esperanza que el poder de sus empresas estatales se viera disminuido. Diez años más tarde, parecen más fuertes que nunca. La secretaria de Estado de Estados Unidos, Hillary Clinton, ha advertido con vehemencia sobre los peligros del capitalismo de Estado. A fines del año pasado, un informe del Congreso criticó las injustas ventajas de que gozan las empresas estatales y se lamentaba de que China les estuviese dando "un rol más prominente".Sin duda, lo está haciendo. En su nuevo libro "El Estado regulador de China", Roselyn Hsueh, de la Universidad de Temple, documenta cómo en sectores que van desde las telecomunicaciones hasta los textiles el gobierno ha obstaculizado, poco a poco, las leyes del mercado. Les otorga crédito a muy bajas tasas de interés a los gigantes locales. Aplica las leyes de manera selectiva a fin de impedir que sus rivales del sector privado crezcan. Empresas estatales como China Telecom pueden dominar los mercados locales sin contradecir a las autoridades antimonopólicas; pero cuando empresas extranjeras -como Coca-Cola-, tratan de comprar empresas locales se les puede bloquear su decisión.En las aproximadamente doce industrias que considera más estratégicas, el gobierno ha estado forzando la fusión. Los gigantes resultantes están en manos de la Comisión de Supervisión y Gestión de Activos Estatales (State-owned Assets Supervisión and Administration Commission (Sasac), que es el accionista que fiscaliza a unas 120 empresas del Estado. En total, la Sasac controla U$ S 3,7 billones en activos (ver gráfico). El Boston Consulting Group (BCG) la considera "la más poderosa entidad de la que se haya oído jamás", aunque no siempre encuentre su camino. Algunas empresas estatales tienen amigos poderosos y son difíciles de intimidar.En algunos aspectos, la Sasac trata de modernizar sus empresas. Peter Williamson de la Escuela de Negocios Judge de la Universidad de Cambridge señala aprobatoriamente a la industria del acero. En una época había empresas siderúrgicas pequeñas y antieconómicas diseminadas por todo el país; la Sasac las ha hecho fusionar y ha creado tres "emperadores" y cinco "reyes". Según Williamson, esto significa que existen suficientes empresas siderúrgicas como para promover la competencia a nivel local, y al mismo tiempo son lo suficientemente grandes como para aventurarse en el exterior. Pero los planes del gobierno no...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR