La cara de un hombre común

"Me metí en el negocio de la actuación sólo para ser actor," afirma John C. Reilly. "No lo hice para volverme rico o famoso. Esos son agregados que le caen de sorpresa a la misión original, que es narrar historias y ser actor"."He estado haciendo obras desde que era niño," continúa el actor nominado al Oscar. "Francamente, nunca imaginé que tendría toda la suerte que he tenido. Mire nomás con qué directores he trabajado, gente como Roman Polanski, Terrence Malick y Robert Altman. Eso es mucho más de lo que me permitía soñar cuando era más joven. En función de lo que puedo hacer, de los papeles que interpreto, no creo que hubiera querido ninguna otra cosa".Reilly prueba la teoría de que el talento puede ganar y de que ocasionalmente gana. Originario de Chicago, grande y fornido, de facciones muy marcadas y voz ruda, parecería estar destinado a interpretar al secuaz de los villanos todo el día, todos los días. Sin embargo ha dominado el arte de encarnar al hombre común y corriente y ha recorrido el paisaje cinematográfico, zigzagueando entre dramas y comedias, películas independientes y producciones de estudio, papeles de reparto y ocasionalmente protagónicos, con una filmografía que va desde Pecados de guerra (1989), La delgada línea roja (1998) y Chicago (2002) hasta Talladega Nights: The Ballad of Ricky Bobby (2006), Walk Hard: The Dewey Cox Story (2007) y Cyrus (2010).A los 46 años obtuvo ya una nominación al Oscar a mejor actor de reparto (por Chicago) y es una estrella por derecho propio, más que satisfecho con su ascenso, lento pero continuo."Conozco actores que se volvieron muy famosos cuando eran jóvenes, a los 18 o 19 años, y eso los trastornó por completo", afirma Reilly. "Incluso para alguien muy sano, algo así puede sacarlo de balance. Yo estaba muy frustrado cuando era más joven porque las cosas no estaban sucediendo más de prisa, pero viéndolo ahora en retrospectiva me doy cuenta de que ocurrieron a la velocidad ideal. Todo sucedió a un ritmo que me permitió ser capaz de manejarlo. Pude crecer como actor sin que el público me pusiera demasiada atención, sin sentir las presiones de desempeño o de hacer algo para lo cual no estuviera preparado". La carrera de Reilly sigue en pleno ascenso con dos films recientes: We Need to Talk about Kevin y Un dios salvaje.Un dios salvaje es la adaptación de Roman Polanski de la obra de teatro de Yasmina Reza. En la película, dos parejas de padres se reúnen en un departamento a hablar de la pelea de sus...

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