¿Tiene nuestro cerebro un botón para borrar los malos recuerdos?

Hace años que no se tienen noticias de Ulises. Podría haber muerto en la guerra de Troya. Su hijo, Telémaco, visita a Menelao y a su mujer, Elena, en busca de información sobre su padre. Allí asiste a un banquete en el que Menelao recuerda las hazañas del rey de Itaca. En ese momento, los comensales caen en una profunda tristeza al recordarle. Pero Elena ordena a los criados servir nepenthes, la bebida del olvido . "Quien tome de esta bebida calmará todos sus males y será incapaz de sentir tristeza, puesto que hace olvidar los recuerdos dolorosos". Es entonces cuando la felicidad retorna a los allí presentes.De esta manera lo narra Homero en el canto IV de la Odisea. Pero ¿así de fácil se olvida un recuerdo traumático? ¿Existe alguna evidencia científica que lo pruebe?Nuestra memoria almacena muchas de las cosas que nos suceden durante el día, pero gran parte acaban por olvidarse. Sin embargo, tenemos cierta facilidad para guardar los malos recuerdos, a pesar de no ser un proceso gratuito: nuestro sistema nervioso necesita modificar ciertos circuitos neuronales, con la consiguiente síntesis de proteínas y gasto de energía celular.Resulta curioso: todo este esfuerzo para guardar un recuerdo que seguramente nos deje secuelas psicológicas y que, en el peor de los casos, nos ocasione un trastorno de estrés postraumático. ¿Por qué?Parte de la explicación se basa en que estas experiencias negativas están fuertemente asociadas a emociones. Y nuestro cerebro clasifica y guarda recuerdos en función de su utilidad, considerando que aquellos vinculados a emociones son útiles para nuestra supervivencia. Si hemos pasado muchísimo miedo al atravesar una zona peligrosa de nuestra ciudad, el cerebro lo almacena para que no lo volvamos a hacer.La situación se complica cuando la experiencia es realmente traumática . En este caso, nuestro órgano pensante tiende a esconder esas vivencias, pero las guarda sin procesar. Como mecanismo rápido de defensa está bien. El problema llega cuando, por la razón que sea, los malos recuerdos vuelven a aparecer. Entonces el daño puede ser muy grande al tratarse de experiencias que se han archivado sin cocinar.La neurociencia parece haber encontrado algunas piezas del puzle que nos pueden ayudar. Hasta el más mínimo factor podría desempeñar un papel importante a la hora de determinar si guardamos o borramos un recuerdo. Por ejemplo, la luz, algo tan común y que nos afecta a todos, también a las moscas (Droshopila...

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