El apagón y los charlatanes

El Uruguay productivo está trabajando a pleno. Como en cada otoño, se produce la zafra de la cosecha de soja, es también temporada pico en materia de trabajo de frigoríficos, y a esto se suma el trasiego de camiones con madera, que promete ser en breve aún más intenso debido al inminente inicio de operaciones de la planta de Montes del Plata.Pero a este empuje se opone, de manera terca y dañina, el lamentable estado de la red de infraestructura del país. Parece mentira, a poco de asumir el presidente Mujica fue el primero en advertir que de no hacerse fuertes inversiones en carreteras, o en buscar formas de transporte alternativas para la producción nacional, Uruguay se enfrentaba a la amenaza de un "apagón logístico" que jaquearía el crecimiento económico del país. Cuando quedan meses para el fin de su mandato, es poco y nada lo que ha hecho para evitarlo.Basta recorrer un poco el interior para darse cuenta de la magnitud del desastre. Rutas clave como la 26, la 8, o zonas de importancia estratégica central, como son los accesos al puerto de Nueva Palmira, presentan pozos que ya son cráteres, y que dan la imagen de un país que sale de una guerra, en vez de ser la red vial de una nación que viene de 10 años de crecimiento económico explosivo. Y según estudios recientes un 53% de las carreteras nacionales se encuentran en estado "regular", "malo" o "muy malo".Más allá del peligro evidente que esta situación genera para la vida de quienes circulan por rutas y carreteras (con culpa no menor en las cifras de accidentes que azotan al país), se trata de un problema que afecta en forma severa la rentabilidad y competitividad de la producción nacional. La lentitud y el costo extra en el daño al sistema de transporte carretero, o sea a las flotas de camiones ya que el promocionado ferrocarril sigue sin señales de vida, es una carga innecesaria sobre los hombros de quienes producen la riqueza nacional. Según el precandidato colorado Pedro Bordaberry, son unos 200 millones de dólares al año los que se pierden por ineficiencia de fletes ya que el mal estado de las rutas aumenta 20% los costos de transporte.De más está decir que la respuesta del Estado ante este problema es casi peor que el estado de nuestras rutas. Mientras que el gobierno...

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