La ciudad que se perdió

Cada año, cuando se aproximan los Días del Patrimonio, llega el momento de reflexionar sobre tres cosas. La primera es el acontecimiento cultural y masivo en que se ha convertido esa celebración del legado histórico que alberga este país, convertida a esta altura en una fiesta popular.La segunda idea es el grado en que esa convocatoria contribuye a reforzar la noción que el ciudadano común pueda tener sobre el valor de los bienes, edificios, espacios y monumentos que visita en esas fechas. Y la tercera remite a las reliquias de importancia que ya no figuran en los itinerarios vinculados a esa conmemoración, por la simple razón de que ya no existen: fueron demolidos a lo largo del último medio siglo por la negligencia o la ignorancia de autoridades nacionales y municipales que se desinteresaron de los valores arquitectónicos, lo cual significó una severa pérdida para el acervo material del casco urbano, para los estilos arquitectónicos del pasado y sus puntos de referencia (y los índices comparativos) con aportes modernos y no siempre estimables.Hubo culpables en ese proceso de destrucción de tesoros montevideanos durante ese período de demoledora displicencia, entre los cuales deben figurar algunos jerarcas de la Intendencia Municipal y unas cuantas distracciones de la Comisión del Patrimonio de la Nación, que en varias circunstancias no mereció su pomposo nombre. Porque la conservación de tales bienes históricos no hubiera impedido de ninguna manera la incorporación de construcciones contemporáneas, sobre todo considerando la pobreza de materiales y la mediocridad de diseño que caracterizan a muchos de ellos, a lo que cabe agregar la mentalidad hegemónica con que las autoridades de la época dispusieron de ejemplos que pertenecían a todos y que debieron obtener una tarea de restauración y mantenimiento, no un permiso de demolición.Cuando los observadores veteranos comparan la magnífica mole del viejo Mercado Central (que se levantaba detrás del Solís) con la insignificancia del edificio que lo sustituyó, o cuando también se compara lo que fue el Bazar Colón (en Sarandí y Juan Carlos Gómez), que era el local comercial más precioso de la ciudad y cayó para hacer lugar a un edificio de...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR