Sobre la ciudad y sus nombres

El domingo 24 de febrero esta columna hizo algunas referencias a los nombres de calles montevideanas y mencionó los casos de personalidades del medio artístico que no figuraban entre las que identifican a vías de tránsito, o en todo caso habían sido incorporadas a puntos secundarios o calles de una sola cuadra. En esa oportunidad también se aludió a la Comisión Especial de Nomenclatura, que funciona en la Intendencia Municipal y suele ser cuidadosa para seleccionar nombres faltantes o aconsejar algún cambio en los existentes.Quien preside esa Comisión es la historiadora María Emilia Pérez Santarcieri, que además de aportar su reconocida erudición es una amiga de este cronista, al que mandó una carta señalando algunas salvedades a lo que decía aquella columna. Ese texto puntualiza por ejemplo que el nombre del compositor Héctor Tosar fue impuesto el año pasado a uno de los canteros centrales de la avenida Tomás Giribaldi, en el Parque Rodó, o que el nombre del arquitecto Julio Vilamajó es el que lleva oficialmente la casa donde vivió sobre la avenida Sarmiento.A propósito de otra omisión que se marcaba en la columna, la carta de María Emilia también aclara que la margen derecha del arroyo Miguelete, en el Prado, se llama Juana de Ibarbourou y que los nombres de Alfredo De Simone o Felisberto...

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