Clásico ejercicio de cine de acción

Con este reboot, Chris Pine asume el papel del héroe creado por el novelista Tom Clancy que anteriormente encarnaron Alec Baldwin, Harrison Ford y Ben Affleck

Tras los atentados del 11 de septiembre de 2001 y luego de servir en Afganistán, donde por poco pierde la vida, un heroico Ryan termina su rehabilitación y asume una doble vida: ejecutivo de Wall Street a los ojos de su novia (una insípida Keira Knightley) y agente de la CIA para su jefe (un convincente Kevin Costner). La agencia descubre un posible complot ruso (no se adapta una novela de Clancy pero se toman sus enemigos predilectos) para desbaratar la economía y la sociedad norteamericanas. Ryan es el elegido para ver de qué se trata.

Código sombra desarrolla un conflicto en el que se explican una serie de complejas variables y se planean numerosas estrategias pero que, a fin de cuentas, se resuelve a las corridas y a los tiros. Eso siempre que no haya algún código o algún sistema operativo invulnerable que solo la CIA puede penetrar. Hay importantes operativos de vigilancia, pero los documentos clave se obtienen de maneras muy casuales.

El film apuesta por una progresión vistosa (planos cenitales, panorámicas de las ciudades, persecuciones por calles en pleno caos) antes que convincente. Cuando se presenta un momento para la sutileza, el gran villano (interpretado por el también director de la cinta, Kenneth Branagh), resulta ser otro retrato trillado del ruso alcohólico y mujeriego, inescrupuloso pero sin muchas luces.

La película de Branagh apuesta más al nervio del thriller clásico con toques...