Comerciantes de Carrasco con temor

RAÚL MERNIESArrebatos, asaltos y rapiñas diarias atemorizan a comerciantes de Carrasco. "La gente tiene miedo de caminar por la vereda y no se puede dar menos de $ 20 de propina porque te amenazan", afirma Ricardo Frechou, de una conocida inmobiliaria."Hace un tiempo me entraron al local y me apoyaron un 38 largo en la nariz para robarme. A mi mujer no le pudieron arrancar la cartera porque la tenía cruzada en el pecho y la mataron a patadas", afirma Frechou, uno de los tradicionales comerciantes de la zona.El "centro comercial" de la calle Arocena, en pleno Carrasco, se extiende sobre tres cuadras: desde la esquina de Rivera (donde está instalada la sucursal de Citi Bank que fue asaltada hace escasas semanas), hasta la rambla, donde la restauración del Hotel Carrasco mueve escombros día y noche.En esas tres cuadras hay ocho bancos, tres casas de cambio, varios locales de redes de pago y cobranza, y cerca de 200 comercios de la más amplia gama, además de restaurantes y una estación de servicio.El País recorrió el centro comercial y dialogó con empleados y propietarios de los comercios, quienes coincidieron en que "la situación es complicada" y que "empeora cada día, más que nada cuando baja el sol y la policía se va".En una reunión realizada el jueves a la noche a iniciativa de la empresa Carrasco Nobile, adjudicataria de la obra en el Hotel Carrasco, y en la que también participaron la alcaldesa Susana Camarán y el director de Desarrollo Económico de la IMM, Luis Polakof, los comerciantes pusieron fuertemente de manifiesto su preocupación por la situación de inseguridad, principalmente sobre la calle Arocena.En medio de las denuncias y anécdotas de los comerciantes, Polakof se acercó a la alcaldesa y frunciendo el ceño le dijo algo al oído. Camarán se encogió de hombros y dijo: "nosotros no sabíamos que la situación era tan extrema".Gustavo, responsable de los locales de Reebok, Ayres y Portsaid, afirmó que "sería necesario más seguridad y más luz". Su local fue robado dos veces en los últimos seis meses, en horas de la noche.Los delincuentes, que según el relato de los vecinos tienen predilección por las "señoras que van a hacer depósitos y retiros a los bancos", tampoco se olvidaron de la Parroquia Stella Maris, a la que ya le entraron dos veces.Elizabeth, que el año pasado fue víctima de uno de los arrebatos, compartió su experiencia: "Salí de hacer un retiro del banco para llevarlo a la empresa, me siguieron, se metieron en mi auto y me robaron US$...

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