Las compras en Internet

Atodos nos gusta comprar barato. Eso, sumado a una oferta enormemente más amplia que la que puede encontrarse en los comercios locales establecidos, es lo que está llevando a un crecimiento sostenido de las compras por Internet a mercados del extranjero. Pero este beneficio para el consumidor no viene gratis, y obliga al país a replantearse algunos aspectos políticos centrales de la idiosincrasia nacional. Las consecuencias de no hacerlo pueden ser dramáticas.

A partir del TIFA con Estados Unidos se abrió una ventana al mundo para el consumidor uruguayo. El acuerdo permite realizar hasta cinco adquisiciones al año por un valor máximo de US$ 200 cada una, sin pagar impuestos locales ni tributos aduaneros. La diferencia es tal, que en lo que va del año este tipo de operaciones ha crecido casi un 25% respecto del anterior. Incluso desde el Gobierno se ha defendido el mecanismo, y nada menos que el director de Aduanas, Enrique Canon, ha dicho que se trata de "un instrumento legítimo, que haciendo un buen uso favorece al consumidor y pone un toque de competencia en determinados mercados". Ni Milton Friedman lo hubiera dicho mejor.

Pero nada es tan simple. Los comercios establecidos uruguayos vienen poniendo el grito en el cielo ante lo que consideran una competencia desleal de parte de tiendas y comercios que están ubicados en otros países, y que compiten a precios más bajos debido a que allí las tasas impositivas y las cargas sociales son muy inferiores. Así lo manifestó días atrás el vicepresidente de la Cámara de Comercio, Gustavo Licandro, quien sostuvo que "este sistema es una competencia desleal para el comercio establecido porque éste paga IVA, paga Impuesto a la Renta, paga impuestos municipales, seguridad social para los empleados e Impuesto al Patrimonio en caso de que lo tengas". Y agregó que "no es más competencia, es una competencia insana para aquel que paga los impuestos y está financiando el gasto público, las políticas sociales, la enseñanza y los salarios de los funcionarios públicos". De las ventas en las ferias ni habló.

La cuestión parece sencilla. Comprar en Uruguay es caro por dos razones: primero por un tema de escala que hace que para poder tener ingresos que hagan sostenible un emprendimiento comercial, es necesario ganar en la venta de cada producto lo que en otros países se lograría con diez...

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