Un conflicto abierto

MARTÍN AGUIRREQué hay atrás de esto? ¿Por qué ahora? ¿Qué impacto puede tener este choque en la estabilidad del gobierno? Esas son solo tres de las numerosas preguntas que a esta altura deben girar en la cabeza de muchos dirigentes del oficialismo. Tal vez seguida por otra menos elevada, pero más humana: ¿quién será el próximo? Es que la serie de destituciones ordenadas por el presidente Mujica en estos días han sacudido al Frente Amplio, generando una ola de reacciones, críticas, y amenazas veladas, que van a poner a prueba la ya de por sí tensa convivencia en el seno de la coalición de gobierno.La "bomba" más sonora explotó el martes cuando, a menos de 24 horas de haber asegurado que no habría cambios en el gabinete, Mujica despidió al ministro de Turismo y Deporte, Héctor Lescano. Se trató de una movida polémica por varias razones. La primera por tratarse de un hombre muy cercano al vicepresidente Astori, y que hacía siete años que ocupaba el cargo. La segunda, porque su gestión había contado con el apoyo de todos los partidos y los sectores empresariales. Durante su mandato el turismo se convirtió en la principal fuente de divisas para el país, y la selección de fútbol logró un milagroso regreso a los primeros planos mundiales.Más allá de hasta dónde tales logros tengan directa relación con la gestión de Lescano, la misma contaba con la simpatía general, como lo demostró una encuesta aparecida casi al mismo tiempo de su salida, que lo ubicaba como el ministro más popular del gobierno. Casi tan sorpresivo como su despido resultaron las explicaciones de Mujica, que en una ceremonia de traspaso ministerial que se convirtió en un acto político, y en la que se lo vio notoriamente incómodo, dijo que "hay que aprender a cambiar cuando las cosas andan bien".La salida de Lescano desató molestias y rumores en el Frente Líber Seregni. Se habló de los problemas de Lescano con el grupo Tenfield, de que sería una movida del MPP ante un inminente revés en las internas, que habría molestia por palabras suyas duras con Argentina, y sobre todo de la falta de coordinación con el vicepresidente Astori, que se enteró de la remoción de uno de sus principales dirigentes por teléfono y en momentos de subirse a un avión. Jerarcas del sector se encargaron de informar a los medios de la molestia por una medida, que afectaba la "lealtad" de Mujica con Astori. El publicista Esteban Valenti, operador del FLS y a través de quien suelen filtrarse los mensajes más incómodos hacia la...

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