Consejo de Censura Audiovisual

Con 50 votos a favor, todos de la bancada oficialista, la cámara de Diputados aprobó el artículo 144 de la Rendición de Cuentas, que crea cinco cargos de particular confianza para integrar el polémico Consejo de Comunicación Audiovisual, un órgano creado por ley para controlar a los medios.Tendrá un presidente que cobrará 141 mil pesos por mes, designado directamente por el Poder Ejecutivo, y otros cuatro integrantes que percibirán 121 mil cada uno, cuya elección intenta ser monopolizada también por el Frente Amplio.Vale la pena volver sobre las atribuciones que la popularmente conocida como "ley de medios" asigna a estos cargos.Por un lado, tendrán la potestad de auditar a los canales de televisión y las radios, lo que no agrega nada nuevo, porque si en algo ha sido efectivo este gobierno, fue en instaurar una auditoría permanente de empresas y personas, no solo a través de las inspecciones de las dependencias especializadas, sino por intermedio de la ley eufemísticamente llamada de inclusión financiera, gracias a la cual conoce al detalle de dónde viene y adónde va cada peso que recibimos y gastamos.El Consejo tiene otra misión que resulta más novedosa, al menos para la tradición de respeto a la libertad de expresión que ha caracterizado la historia independiente del país, con las solas excepciones de los períodos dictatoriales de los años 30 y 70 del siglo pasado.Resulta que estas cinco personas, una designada por el presidente y las otras cuatro por la bancada oficialista mayoritaria, tendrán a su cargo el control de los contenidos que emiten los medios, pudiendo apercibirlos o sancionarlos en caso de incumplimiento de ciertos parámetros definidos por la misma ley.El tema podría ser meramente formal y no tan grave. En principio parece razonable que alguien controle, por ejemplo, que no se exhiba pornografía o imágenes truculentas en horarios de protección al menor, o que no se realice publicidad engañosa. El problema está en el inmenso, inconmensurable margen de discrecionalidad a que puede dar lugar la interpretación de los eventuales excesos. Y la verdad es que en eso, últimamente, estamos curados de espanto. Hace escasas semanas, un sindicato de artistas resolvió sancionar a uno de sus afiliados por expresar públicamente una posición discrepante con algunos colegas defensores del gobierno. El sindicato instó a advertir a quienes osaran trabajar con la...

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