Copa el mundo

Alemania y Argentina le ponen esta tarde el broche de oro a la Copa del Mundo. Uno de los dos será el campeón, levantará el trofeo hasta el cielo, y lo apretará con alma y vida como para que no se escape nunca más de esas manos que ya supieron tenerlo y alzarlo, besarlo y mimarlo. Y vaya casualidad. Argentina la tuvo en 1986, contra los germanos, en México, y los alemanes ante los albicelestes, cuatro más tarde en Italia.Para uno de los dos, la tercera será la vencida. Y ahí es donde comienza el juego. Porque ambos llegan de la mano de dos entrenadores inteligentes, que armaron planteles a su gusto y antojo, y hoy ven sus frutos.Sabella consiguió conformar un equipo en el que Lionel Messi tiene el rol protagónico. Es amo y señor del fútbol, luce el brazalete de capitán y se siente cómodo, casi más a gusto que en el Barcelona.A lo largo del torneo, el entrenador argentino se fue adaptando tácticamente a las circunstancias. Después de comenzar con tres (y con cinco) en el fondo ante Bosnia, Sabella apostó a la línea de cuatro y pobló el medio para que Messi tuviese más respaldo, más apoyo, pero con Gonzalo Higuaín como único punta.El esquema lo mantuvo, y le ha ido bien, pero varió en los nombres, porque perdió al Kun Agüero y a Di María después.Löw tiene más años de trabajo que Sabella. Lleva dirigiendo a la selección alemana desde el 2006 y el plantel está moldeado a su paladar futbolístico. El entrenador alemán es amante del buen fútbol. A veces lo ha logrado, y otras no, pero parece difícil que planifique un cerco solo para anular a Messi. Irá al frente, sin dudas.Al igual que Sabella, Löw fue adaptando el equipo durante el transcurso del Mundial. Empezó jugando con Thomas Müller como medio-punta y ubicó a Philipp...

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