El Correo, la Aduana y los libros

El Correo no se caracteriza por su eficiencia. Tiene fama bien ganada de no cumplir con los plazos estipulados ya sea en el envío o distribución de una encomienda o de una simple carta. Es algo que la mayoría de los uruguayos tenemos asumido y por eso evitamos usar sus servicios. Apelamos a las empresas privadas, aunque las tarifas sean más altas, pero con la seguridad de que nuestro envío llegará en tiempo y forma.Juan Pedro es el hijo de un amigo que volvió el mes pasado de Estados Unidos, donde estuvo estudiando periodismo en una universidad, durante un semestre. Terminados los cursos y a la hora de aprontar sus bártulos para el regreso, se encontró con que los libros adquiridos para cursar las materias y algunos más, comprados a precios muy convenientes y en ediciones de lujo, llenaban una valija grande y pesaban mucho para traerlos con él. Optó por mandarlos por el correo nacional norteamericano. Desconfiado, hizo dos envíos que despachó con diferencia de un par de semanas. Quería minimizar el riesgo, ya que pensó que las probabilidades de que los dos paquetes se perdieran, serían menores. En Estados Unidos, le dijeron que los envíos demorarían diez días en llegar a Montevideo. El primero desembarcó aquí un mes más tarde de lo prometido, pero llegó. El lunes último, Juan Pedro recibió en su casa un cedulón de la Dirección de Aduanas en el que se le informaba que había un paquete a su nombre retenido y estampado en el papel se leía: "Tributa". Al día siguiente, se presentó en la oficina de Aduanas, ubicada en Bulevar...

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