'El Corsario' deslumbró en todos los rubros

El jueves pasado hacia las 22:15 horas en la sala mayor del Auditorio Nacional Adela Reta, la platea se estremecía de emoción ante la última obra del BNS. Minutos después, el público aplaudía de pie este gran montaje de Bocca y su equipo.En algún aspecto este nuevo éxito supera los anteriores, y eso se debe a por lo menos dos factores. Por un lado, la compañía capitaliza en él lo que el Ballet Nacional Sodre viene creciendo en estas cinco temporadas de la mano de Julio Bocca. Por otro lado, los últimos pasos de la compañía han dado nuevos frutos, tanto en la calidad de los bailarines como en la estética de la puesta.La dupla que integran Ciro Tamayo y María Noel Riccetto volvió a deslumbrar, por el desempeño individual de cada uno de ellos, y por la comunicación entre ambos. Tamayo ha crecido, en complexión y en desempeño, volviendo a sorprender por su simpatía y su levedad. El público uruguayo parece sentir como propio a este joven intérprete malagueño, inconfundible entre el resto del elenco.Riccetto compone con él un dúo impecable, al que ella suma además de toda su técnica, su natural gracia, su elegancia y estilo. La gestualidad de sus brazos, o sus miradas, aportan al espectador sensaciones que van más allá de lo técnico. La artista parece no tener edad, y encontrarse en un gran momento.Pero la gran sorpresa fue la incorporación del bailarín Acaoa Theóphilo, que desde un estilo diferente aportó un talante más visceral, conformando los tres artistas un conjunto que el público supo valorar con sus repetidos y nutridos aplausos. Además, tanto otras figuras de relieve como el cuerpo de baile todo, lucieron en un espectáculo que no tuvo un solo detalle reprochable en esa maravillosa noche de estreno. Incluso los alumnos de la Escuela Nacional de Danza se amalgamaron muy bien al resto de los...