El crimen como absoluto

El 29 noviembre de 1869, cinco estudiantes, miembros de una célula revolucionaria, “la venganza del pueblo”, entran a una gruta en las afuera de Moscú. Uno de ellos, Serge Netchaév, líder del grupo, ha convencido a los otros que Ivan Ivanov es un soplón. La delación, hacia fuera y hacia adentro es una obsesión de los grupos clandestinos: “Cada miembro de la sociedad tiene los ojos en los demás y la delación es un deber,” dirá Dostoievski.Apenas entran, uno toma a Ivanov por detrás, pero las manos vigorosas de Netchaév, que en la oscuridad había confundido cómplice con víctima lo liberan; Ivanov trata de huir, Netchaév se lanza sobre él. La víctima se defiende desesperadamente, muerde las manos de su verdugo y logra liberarse por un momento. Netchaév pide un revólver, otro se lo entrega, todos se arrojan sobre Ivanov, Netchaév apoya el arma sobre la sien y le dispara.“Empujad a cuatro miembros de vuestro grupo a matar al quinto, bajo el pretexto de delación y apenas hayan vertido la sangre estarán unidos”, escribirá Dostoïevski. El escritor quedó profundamente impresionado por este hecho y no solo lo siguió por la prensa sino que obtuvo información de primera mano a través de su cuñado Ivan Snitkine, camarada de Ivanov en la academia agrícola.El 19 de diciembre anuncia a un amigo que en tres días comenzará una novela en la que está entusiasmado. El resultado será “Los demonios”, publicada tres años más tarde y Netchaév se convertirá en Piotr Stepánovich Verjovenski, uno de los personajes más oscuros de la literatura, pero no más que su inspirador. El relato del crimen en el capítulo VIII de la parte III, apenas difiere de los eventos reales.Nacido en 1847, hijo de un matrimonio obrero, Serge Gennadevith Netchaév, maestro de una escuela parroquial, pertenece a la categoría que Franco Venturi llamó “proletariado del pensamiento”, caldo de cultivo de grupos revolucionarios. A este ambiente se vinculó Netchaév y demostró tanto sus dotes de líder como una gran capacidad de fabular acciones que nunca realizó.Con éstas credenciales se fue hasta Ginebra para encontrarse con el Mijaíl Bakunin, uno de los padres del pensamiento anarquista. Ángel Cappelletti, un filósofo anarquista, dice que Bakunin fuevíctima de su confianza demasiado grande, y de la admiración que le había inspirado […] la energía salvaje de Netchaév. En los meses siguientes publicaron juntos una serie de folletos. Sin embargo es casi seguro que Bakunin no tuvo participación en el más significativo...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR