Crónica de un doble crimen: 'Los invitaron a un té y los ejecutaron'

eduardo barrenecheEl caso generó conmoción pública. Un armero y su hija fueron asesinados en Piriápolis y sus cuerpos encontrados en el maletero de su auto en el barrio Carrasco.Los detalles del doble homicidio, ocurrido en 2008 y que salieron a la luz en un reciente fallo del Tribunal de Apelaciones de 2° Turno, parecen salidos de una película de mafiosos situada en las inmediaciones de una playa de la costa oeste de Estados Unidos.> > El 17 de junio de 2008, Euclides Viera , quien se dedicaba a la venta y tramitación de portes de armas, fue contactado mediante llamadas de teléfonos móvil por Esteban R. y Cristian F. El armero conocía a este último porque le había gestionado un porte de armas para él y otro para su hermano. Además de ese trámite, el armero y Cristian habían iniciado tratativas para crear una empresa de seguridad, emprendimiento que no se concretó.Cristian y Esteban idearon un plan truculento. Esteban llamó a Viera interesándose por la adquisición de cuatro pistolas, dando como explicación que era parte de una familia de cuatro hermanos que se dedicaban a la producción de arroz y que querían tenerlas por seguridad. > > Esteban le solicitó a Viera que se trasladara con las armas hasta su domicilio en la ciudad de Piriápolis, hecho que ocurrió dos días después en horas de la tarde noche. Viera no sospechó lo que iban a hacerle, porque conocía a Cristian.> > Antes de partir, Natalia Viera escribió el lugar de la cita a la que iría con su padre: "último anillo casa antes de las aerosillas", garabateó.> > Al atardecer del 19 de junio de 2008, Viera y Natalia se dirigieron a Piriápolis en un auto Volkswagen Santana. El armero y su hija llevaban varias armas para exhibirles a los clientes que los habían llamado.El armero y Natalia llegaron al domicilio indicado que era habitado por Esteban, en calidad de préstamo, ubicada en el último anillo del Cerro San Antonio. Tocaron a la puerta, Esteban les abrió y los invitó a ingresar a la vivienda. El armero y su hija se sentaron de espaldas hacia una ventana que daba hacia el fondo y que tenía una cortina de color rojo. > > "Mientras que Esteban se retiró hacia la cocina a preparar té para los visitantes, Cristian desde el exterior sorprendió a las víctimas, las cuales se encontraban absolutamente desprevenidas. Les disparó tres veces con un arma de fuego a través de la cortina roja que cubría la ventana que daba al fondo y estando las víctimas de espaldas a la misma", señala el fallo...

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