Cuarzos: preciosa oportunidad que se desaprovecha

El presidente Tabaré Vázquez partió cargado de regalos para los numerosos encuentros que le apretaron la agenda en su reciente viaje a China. Si para los gobernantes eligió agasajos futbolísticos, como una camiseta de la selección, para el representante de la agencia nacional china encargada de promover el comercio, Jiang Zengwei, llevó una piedra. Se trata de una amatista, un cuarzo de tono violáceo típico del norte, más específicamente de Artigas, que entregó dentro de una discreta caja azul. El obsequio no es casual: China es uno de los principales compradores de piedras semipreciosas del mundo y el cliente más importante para la mayoría de los productores mineros uruguayos.

Es común escuchar que las amatistas locales tienen la mejor calidad en todo el mundo. De hecho, según cuentan, los comerciantes brasileños muchas veces lucen las geodas artiguenses en vez de las propias ante los compradores extranjeros para atraer su atención. En varios países asiáticos se cree en el valor energético de las piedras preciosas, en especial las amatistas, a las que se le atribuyen todo tipo de propiedades, desde la protección del hogar hasta cualidades curativas. Es común encontrar grandes geodas decorativas en museos y casinos, por ejemplo, e incluso un importante estudio de arquitectura alemán planificó la construcción en China de un hotel que simula la forma de una enorme amatista.

Y sin embargo, en los últimos años la fascinación de los chinos no ha sido suficiente como para mantener el ritmo de compra creciente que llevaron hasta 2013, año en que ágatas y amatistas parecían ser el nuevo oro. Los productores se peleaban entre ellos por explotar los mejores campos y los números no paraban de ascender. Todo indicaba que el negocio estaba aflorando, pero no.

Las fluctuaciones del comercio internacional llevaron a que entre 2013 y 2015 las exportaciones se redujeran a la mitad. Y si se especula con el total de exportaciones hasta fines de septiembre, todo indica que este año van a seguir disminuyendo.

La contracara de esta merma en el consumo de piedras es el desencanto de los productores locales. Actualmente hay 57 empresas vinculadas al sector y, según indican desde la Asociación de Ágatas y Amatistas de Artigas, ya hay dos que dejaron de trabajar. Hay unas 400 personas vinculadas de forma directa al sector, según datos de Uruguay XXI. El diputado nacionalista Mario Ayala estima que entre formales e informales, los trabajadores del sector rondan los 500, y que en su mejor momento (2013), llegaron a ser unos 1.000. De acuerdo con el diputado, algunas empresas tienen planificado llevar adelante recortes inminentes que dejarán a unas 100 personas en seguro de paro.

El intendente de Artigas, Pablo Caram, pensaba llevar la bandera de las piedras locales a China en el marco de la misión oficial que culminó esta semana. Pero con pasajes prontos y a 10 días de viajar se enteró de que no habría lugar en la delegación para las ágatas y amatistas, ni para el ganado que pensaba promocionar en el Lejano Oriente.

Ahora Caram prepara su propio viaje en el que piensa rodearse de productores. Este lunes, dice, comienzan a planificarlo.

Marcos Lorenzelli supo que las piedras semipreciosas eran lo suyo cuando el hallazgo que realizaron en el campo de...

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