La cumbre y Lula

La cumbre de la Celac el martes pasado lindó en el más puro surrealismo. Si bien el discurso del presidente uruguayo tuvo un impacto fuerte, lo importante no fue lo ocurrido en Buenos Aires, sino la reunión entre Lacalle Pou y y su colega brasileño Luiz Inácio (Lula) da Silva, acá, en la residencia de Suárez y Reyes.Fue un encuentro positivo. Coincidieron en discutir una modernización del Mercosur y en apresurar el acuerdo con la Unión Europea. En lo referido a China, la idea será que cada país haga sus negociaciones en paralelo y recién cuando se acerquen al final, comparar sus respectivas notas y ahí decidir. Trancazo, ninguno. Por ahora.Lula además fue recibido por la Intendenta de la capital y visitó a José Mujica, en su chacra.Más allá de la buena disposición mostrada por Lula, no debe olvidarse que la prioridad para el presidente brasileño es Argentina. El gobierno de Alberto Fernández /Massa/ Cristina delira con Lula y cree que con su ayuda, la situación mejorará y favorecerá sus perspectivas electorales a fin de año (que por el momento son muy oscuras). Lula, a su vez, no disimula que le serviría otro gobierno kirchnerista.De todas formas, en Montevideo se mostró comprensivo: "los reclamos del presidente Lacalle son más que justos . (...) El papel de un presidente es defender los intereses de su país, los intereses de su economía y de su pueblo". Y agregó: "es justo querer producir y vender más. Y por eso es importante abrirse lo más posible al mundo de negocios". Palabras lindas; habrá que esperar a los hechos.Para el presidente Lacalle debió ser un cambió luego de lo vivido en la surrealista cumbre realizada el día antes en Buenos Aires.La inauguró el presidente Fernández, que se caracterizó por cometer una serie de lapsus dignos de un psicoanálisis.Fue enérgica su defensa de la democracia: "no debemos permitir que la recalcitrante derecha fascista ponga en riesgo la institucionalidad de nuestros pueblos", dijo, mientras varios de esos recalcitrantes estaban sentados frente a él: Miguel Díaz-Canel de Cuba, la delegación nicaragüense (no fue Daniel Ortega) y la venezolana ya que a último momento Maduro desistió de ir. Tuvo miedo a ser detenido ni bien bajara en Buenos Aires por ser acusado de liderar un narcoestado. Pero más miedo le tuvo a eventuales manifestaciones callejeras en su contra.El discurso de Lacalle Pou tuvo repercusión. Fue medido, cada palabra bien elegida. No hubo estridencias ni agresiones. Pero dijo todo lo que...

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