La democracia y la virtud

Tan claro lo tenían, que habían inventado un mecanismo, muy ingenioso, para depurar el sistema de mala hierba: una vez al año, por voto popular, exilaban temporariamente a los elementos nocivos, aunque no hubieran cometido un delito. Se llamaba ostracismo.> > Es que para los griegos, la Democracia no era solo, ni primordialmente, un tema de derechos, sino de deberes. O, en todo caso, de derechos-deberes. Pericles lo dice sin pelos en la lengua, en su famosa oración fúnebre: "...consideramos que el hombre que no se interesa en los asuntos públicos es un ser, más que ocioso, inútil".> > Esa concepción era también la de los padres fundadores americanos, más afectos a un régimen republicano, onda Roma, que a una democracia, a la cual veían como algo muy cercano a la demagogia. Gobierno "para" el pueblo, todo bien. Ahora, ¿"del" pueblo? Eso es muy otra cosa. El poder es algo riesgoso y debe ser controlado. No se le puede dar a cualquiera: ni a monarcas absolutos, ni a gente ignorante y sin equilibrio.> > Pero, el andar del tiempo fue licuando el elemento "deber", haciendo que la mezcla deberes-derechos fuera reduciéndose al solo ingrediente de los derechos.> > Con las sucesivas incorporaciones a los padrones electorales -en su mayoría como fruto de la fuerza- de nuevas capas sociales, cada una con su bagaje de intereses, expectativas y reclamos, el sistema democrático pasó a ser un mecanismo para satisfacer, o al menos atajar, reclamos, al punto en que ya hoy en día la Democracia es vista como una gigantesca máquina expendedora.> > Creo que si hoy paramos al primero que nos encontramos por la calle y le preguntamos por el "deber cívico", es probable que nos conteste que no conoce la calle o que debe ser una serie de Netflix que todavía no vio.> > En cierta forma, Marx terminó teniendo razón en algo: las sociedades se mueven más y más por motivos económicos, reduciendo la importancia que se le da a otros valores e instituciones.> > El problema está en que la máquina expendedora ya no funciona bien. Se tranca. Y eso está produciendo un sentimiento generalizado de pesimismo con relación a la Democracia. Pesimismo que, cada vez con más...

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