Desafíos vitales

A qué esperas, querido lector, un artículo referido a temas económicos? Un economista indio comentaba lo irónico que resulta, habiendo fracasado rápida y concluyentemente en sus teorías económicas, como Marx es reivindicado por nosotros que terminamos mirando todo con ojos económicos, (cuando no materialistas).Pues no, no me voy a referir a los desafíos económicos que enfrentará quien gane las elecciones: crecimiento debilitado, baja productividad, excesos y rigideces fiscales, precios con sostenida tendencia alcista, pésima formación de capital humano, infraestructura vieja y carenciada… No faltarán desafíos económicos pero tampoco quienes hablan de ellos.> En cambio, hay otros campos con desafíos tan o más importantes, sin que ocupen el lugar debido en la pantalla de gobernantes y votantes.> Cuatro grandes áreas, que no agotaré en este breve artículo:1ª – Estrictamente política.> 2ª – Institucional> 3ª – Social> 4ª – Cultural> Propiamente, todas son parte de una sola realidad, tocándose e interactuando entre sí, pero es útil distinguirlas para su mejor comprensión. Sobre todo en algún caso, como lo cultural y lo político, donde se discute cuál es causa y cuál consecuencia.> Empecemos por los desafíos netamente políticos.El primero y más importante se llama gobernabilidad. Ya está claro que, gane quien gane, no tendrá mayorías parlamentarias y gobernar en minoría es particularmente difícil. Lo digo con pleno conocimiento de causa.El desafío se verá agravado, además, por ciertos factores específicos:> 1º. Hace casi diez años que vivimos en un régimen no sólo de mayorías parlamentarias, sino con un uso cuasi totalitario de las mismas. Eso, como suele ocurrir a la naturaleza humana, tiende a generar hábitos. Malos hábitos. Se tiende a perder ese mix de humildad, paciencia, tolerancia, perspectiva y perseverancia, esencial para gobernar desde una minoría, con todo lo que implica de negociar y transar.2º. Para mi sorpresa, una encuesta reciente revela que la mayoría de los uruguayos no querrían que el ganador de las próximas elecciones obtenga mayoría parlamentaria. Vamos a ver si después, cuando sea espectador del desgaste y la medianía que genera la democracia negociada, no cambia la óptica y pasa al dedo acusador de los pactos y las componendas.Una de las debilidades propias de la Democracia es precisamente ésa: al basarse sobre el consenso rara vez presenta un rostro muy definido y, menos aún, heróico. Más bien tiende a dejar insatisfechos a Tirios y...

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