Los desafíos del INE

Uno de los momentos importantes que tendrá este 2023 será la realización del censo general de parte del Instituto Nacional de Estadística (INE). Se trata de una fuente de datos relevante para el país, a la vez que una señal más de que esta administración tiene por objetivo mejorar la calidad de la información estadística nacional.Las mejoras que vienen ocurriendo desde 2020 en el INE no se subrayan lo suficiente, seguramente porque existe una justificada confianza en la calidad técnica histórica de nuestras estadísticas oficiales, que en este sentido se destacan y diferencian, por ejemplo, del manejo de los últimos lustros de parte de los gobiernos kirchneristas en Argentina. En cualquier caso, lo cierto es que el INE ha implementado cambios y reformas que son todas muy útiles e importantes en favor de una mayor calidad de información que repercute, evidentemente, en disponer de mejores herramientas para diseñar, ejecutar y evaluar las políticas públicas.A partir de 2021, por ejemplo, el INE no solamente brinda información acerca de la evolución de los porcentajes de población y de hogares por debajo de la línea de pobreza medidos anualmente, sino que también lleva estadísticas semestrales de esos datos.La ventaja para las políticas públicas es evidente: las medidas implementadas en favor de las poblaciones más vulnerables pueden evaluarse de manera más rápida, sobre todo en un contexto como el posterior a la pandemia que explotó en 2020.La contracara de este tipo de medidas, infelizmente, ha sido la politización y el mal manejo de la información de parte de la oposición izquierdista. Fue evidente para el caso, por ejemplo, de los resultados de la pobreza para el primer semestre de 2022, que fueron utilizados por dirigentes políticos del Frente Amplio (FA) y, lo que es incluso más grave, por analistas y economistas que fungen de independientes pero que están completamente alineados con la izquierda, con el objetivo menor y metodológicamente inválido de comparar esos guarismos con los anuales de 2021, de forma de procurar dar la impresión de que la pobreza en el país había aumentado.Pero más allá de ese juego politiquero e interesado, el INE ha seguido adelante con cambios muy importantes y que presentaban atrasos sólo explicables por la desidia con la que la izquierda cerró sus 15 años de gobierno. Es el caso, por ejemplo, de las mejoras metodológicas en la medición de la inflación: se actualizó la canasta de referencia del índice de...

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