Desigualdad y crisis financieras

En la búsqueda del villano detrás de las crisis financieras globales, algunos han señalado a la desigualdad como la culpable. En su libro de 2010 "Las líneas de falla" (Fault Lines), Raghuram Rajan de la Universidad de Chicago sostiene que la desigualdad fue una causa de la crisis, y que el gobierno estadounidense actuó como cómplice. Desde principios de los ochenta los salarios de los trabajadores estadounidenses con poca o ninguna educación universitaria cayeron cada vez más atrás de aquellos con calificaciones universitarias, señaló. Bajo la presión de responder al problema de los ingresos estancados, sucesivos presidentes y congresistas abrieron una avalancha de créditos hipotecarios.En 1992 el gobierno redujo los requerimientos de capital en Fannie Mae y Freddie Mac, dos fuentes enormes de financiamiento de viviendas. En los noventa la Administración Federal de Vivienda expandió sus garantías de préstamos para cubrir hipotecas más grandes con menores entregas iniciales. Y en los años 2000 Fannie y Freddie fueron alentadas a comprar más activos respaldados por hipotecas de alto riesgo ("subprime"). La desigualdad, sostiene Rajan, preparó el terreno para el desastre.La historia de Rajan pretendió ser una narración de la crisis de activos de alto riesgo en Estados Unidos, no una teoría general de dislocación financiera. Pero otros han notado que la desigualdad también se disparó en los años anteriores a la Depresión de los años treinta. En 2007 el 23,5% de todo el ingreso estadounidense se dirigió a la parte superior del 1% de los que ganaban más dinero, la mayor proporción desde 1929. En un trabajo de 2010 Michael Kumhof y Romain Rancière, dos economistas del Fondo Monetario Internacional, construyeron un modelo para mostrar cómo la desigualdad puede sistemáticamente llevar a una crisis. El grupo de los inversionistas puede volverse mejor en capturar los retornos de la producción, enlenteciendo el crecimiento de los salarios y aumentando la desigualdad. Los trabajadores entonces se endeudan para sostener su consumo. El apalancamiento crece hasta llegar a la crisis. Su modelo absuelve de responsabilidad a los políticos; la desigualdad hace su tarea sin la ayuda del gobierno.Nueva investigación muestra otras formas en que la desigualdad puede estimular la crisis. En un trabajo nuevo Marianne Bertrand y Adair Morse, ambos de la Universidad de Chicago, estudian patrones de gasto a través de estados americanos entre 1980 y 2008. En particular, se enfocan en...

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