Desprecio y soberbia

El país está en otra cosa. Está tratando de salir de los efectos de la pandemia y de acomodarse a una realidad que intenta ser mejor. Las quejas altaneras de los sindicatos le importan muy poco a la gente. Todos saben que con cada paro, los perjudicados son mucho más que la empresa o la organización que pretenden afectar con esa medida. Una cadena de producción termina dañada y los dañados señalan a un único responsable: los sindicatos.> > Están muy ensoberbecidos y creen ser un factor determinante de poder. De un poder que no les corresponde. Como he insistido una y otra vez, cada sindicato representa a sus afiliados y solo a ellos. Ni siquiera representa al total de trabajadores porque no todos están afiliados. Su función, además, es actuar en cuestiones salariales y laborales, no en otros temas. Pese a todo esto, se creen los dueños de un poder que presiona dónde y cuándo se les antoja, con desprecio del resto del país.> > Dos situaciones esta semana ilustran esa realidad. Una es el paro de Ancap que detuvo por un día la refinería de la Teja, primera vez que pasa algo así en 48 años. La otra es la irrespetuosa comparecencia de los dirigentes del sindicato de profesores (Fenapes) a la Comisión de la Cámara Baja que investiga los abusos cometidos con las faltas a su lugar de trabajo, por "motivos sindicales".> > Todo indica que la hostilidad sindical y el enfrentamiento avanzarán a medida que se acerca el día que se vote por mantener o derogar la Ley de Urgente Consideración (LUC). Parece obvio que su objetivo no es reivindicar sueldos y derechos de sus afiliados, sino trabar en todo lo posible la gestión del actual gobierno. Parecería que la popularidad que mantiene el gobierno exaspera a los dirigentes. Sin embargo, ese tipo de reacciones solo empeoran la imagen del movimiento sindical ante la población.> > Lo de Ancap es una vieja historia. El sindicato cree ser el dueño de la empresa pública y no quiere que el directorio tome decisiones por su cuenta. Cada vez que anuncia que Ancap es "nuestra" lo hace de tal manera que todos creen que está diciendo que es de los uruguayos, pero en realidad solo reafirma que es "de ellos", del sindicato.> > El actual directorio se embarcó en una política para terminar con algunos problemas crónicos de Ancap, que llevaron al monstruoso déficit de hace unos años. Para ello debe tomar medidas de eficacia, en especial en el sector portland, que es el más problemático, y el sindicato está dispuesto a...

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