Detrás de los hechos

La reciente asonada de bolsonaristas en Brasilia ha promovido múltiples interpretaciones y los hechos, presentados a través de contundentes imágenes televisivas, no admiten dos lecturas. Un gobierno democrático instalado apenas una semana antes, se vio agredido por una horda de militantes coordinados y con su acción favorecida por el día elegido -sábado- y la casi nula acción represiva por parte de las autoridades. Fue un intento de golpe de Estado con la peculiaridad de que no había un líder golpista visible que condujese a esa masa de exaltados.La turba ingresó al ámbito de los edificios que nuclean los tres poderes del Estado brasileño y procedió dentro de ellos como si aquello fuera la toma de la Bastilla. Daños y destrucción de lo que encontraban a su paso caracterizó el proceder de los invasores, vestidos con la camiseta de la selección brasileña y envueltos en banderas del país. Una acción similar y a escala latinoamericana de lo que sucedió en el Congreso norteamericano casi exactamente dos años antes.Es obvio comparar a Jair Bolsonaro con Donald Trump, más allá de la mutua admiración que se tienen. También es lógico cotejar los actos de trasmisión de mando cumplidos luego de procesos eleccionarios en los cuales el candidato en el poder que aspiraba ser reelecto denunció maniobras de fraude y otras acusaciones no probadas. También coinciden en su ausencia a la entrega del mando. Hasta se puede afirmar que ambos eventos -que reúnen elecciones, denuncias, ruptura del ceremonial de protocolo y las asonadas respectivas- parecen diseñados por una misma estrategia y apuntan a las dos naciones más importantes de los dos hemisferios del continente americano. ¿Será casualidad?Por lo sucedido en el Congreso, la carrera política de Trump parece extinguida, por lo menos en lo inmediato. En cuanto a Bolsonaro, estar alejado de su país en el momento en que se producía la invasión de sus partidarios, no lo exime de culpa. Tampoco tuitear que condena los hechos, lava su responsabilidad. Él fue el fogonero del estallido con un discurso de odio y desestabilización. La misma responsabilidad que tuvo Donald Trump. Ahora bien: ¿es lógico considerar esos hechos sin pensar en la posibilidad de que hayan sido orquestados con un designio que trasciende la coyuntura de ambos países?La globalización determina que ningún hecho relevante político o económico, bélico o de la naturaleza que sea pueda considerarse aislado o no conectado con la figura de un tapiz...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR