Discriminados por migrantes

Una mujer peruana trabajaba como doméstica en una casa y al quedar encinta su empleador le recriminó que "no podía haberse embarazado". También le dijo que más de una vez le habían advertido que no querían que eso sucediera. Por eso, la tildaron de "peruana ignorante".

Esta es solo una de las tantas denuncias que recibe el Consultorio Jurídico de la Facultad de Derecho de la Universidad de la República, que prepara a futuros abogados con casos reales.

Este consultorio cuenta con 700 alumnos divididos en varios grupos. Y Juan Ceretta es el profesor de uno de ellos, con 40 estudiantes. Entre sus "especializaciones", están los migrantes.

"Todos los martes recibimos tres casos diferentes. En la inmensa mayoría siempre hay algo para hacer, ya que vienen con denuncias por acoso laboral o por discriminación", aseguró a El País.

El servicio es gratuito. El único requisito es que los migrantes no tengan ingresos superiores a los $ 28.000, aunque dependiendo del caso, pueden atender a una persona que tenga rentas superiores.

Ceretta recuerda que lo hacen como una "ayuda" aunque el foco principal de esta actividad es que los jóvenes "aprendan". Por eso, buscan no atosigarlos con un gran número de casos y que se focalicen en causas concretas.

En algunos casos de discriminación laboral, los estudiantes explican a sus "clientes" qué sucedería si quieren llevar adelante un juicio. "Para muchos es quedarse sin casa y sin comida. Hay patrones que saben que podrían quedar en la calle y abusan de ello", apuntó Ceretta.

Por tal motivo, el consultorio busca coordinar acciones con el Ministerio de Desarrollo Social (Mides) y el Instituto Nacional de Mujeres, para que les den refugios mientras transcurre el proceso judicial. Además, junto a la Facultad de Psicología trabajan en el grupo "Movilidad humana, trabajo y derechos humanos", para brindarles una contención más amplia durante ese período.

En algunos casos revelados por Ceretta, lograron acuerdos indemnizatorios con los empleadores en instancias de conciliación en el Ministerio de Trabajo. "Esto es porque los patrones no quieren ir a juicio", comentó.

Cuando sí llegan a juicio, utilizan como pruebas grabaciones y diálogos a través de WhatsApp, ya que es un medio muy utilizado en el vínculo entre ambos.

Al acumular las pruebas, los abogados suelen presentar la denuncia a la Institución Nacional de Derechos Humanos (Inddhh). "Hacen un dictamen contundente previo al juicio", comentó Ceretta, que revela los...

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