Los discursos

Todos los Jefes de Estado del mundo viajaron a Nueva York para la sesión de la Asamblea de las Naciones Unidas. Teóricamente tuvo lugar un evento de la mayor trascendencia. Para decir verdad creo que ya nadie espera grandes resultados de dichas reuniones.Por vía de excepción, a esa escasa expectativa se le había contrapuesto una curiosidad notoria respecto a lo que podría ser el discurso de nuestro Presidente. Como ya han aparecido nutridos análisis sobre ese discurso voy a efectuar una breve comparación de las palabras de los mandatarios de la región.Dilma Rousseff llegó a Nueva York con el hígado inflamado por el espionaje de la NSA a su país, revelado unas semanas atrás. Fue la primera oradora y su discurso estuvo acaparado por la protesta del abuso electrónico que su país y ella como jefa de estado habían sufrido. Me da la impresión que el enojo (justificado, por supuesto) no fue ubicado en el contexto en que se desarrolla. Todas las grandes potencias tienen hoy amenazas y todas tratan de estar informadas: en consecuencia se espían. A Brasil no lo escudriñan ni más ni menos que a Irlanda, Australia o Chile. La información, cuya importancia se desconoce hasta que aparece, se escurriría por las rendijas no vigiladas; por tanto, o se espía todo o no vale la pena. Brasil tendría que haber aprovechado la ocasión para presentarse como una gran potencia mundial que aspira a ser y no como una víctima (ofendida por una acción que no está particularmente dirigida contra ella y que no va a cesar).Cristina Fernández de Kirchner pronunció en la ONU el mismo discurso que repite todos los días en su país: Argentina es un gran país porque ahora tiene un gran gobierno, cumple todas sus obligaciones y respeta todos los compromisos pero los demás no la comprenden, la atacan de forma artera...