Paralelismos de dos realidades

CARLOS STENERIEn el último lustro los esquemas de integración del Cono Sur de América Latina y Europa van confluyendo hacia peripecias comunes, a pesar de realidades que a primera vista parecen distintas.El nodo central que las une es la crisis de la Unión Europea y el decaimiento acelerado del Mercosur, al abandonar sus socios mayoritarios preceptos fundacionales básicos que ponen en tela de juicio su supervivencia.La delantera auspiciosa tomada por Europa fue el paradigma de nuestro esquema regional, con la idea de potenciar los efectos del determinismo geográfico y cultural común con un marco institucional que aumentara el comercio y la inversión entre las naciones societarias.Hoy esa visión es desmentida en ambos esquemas por un factor común: la reaparición de localismos -por no decir nacionalismos- que chocan contra el precepto de proteger los intereses generales del proyecto de integración. En el caso de Europa, la incapacidad de resolver el serio problema actual -problema de todos pero responsabilidad de nadie- radica en que sus miembros pretenden tomar acciones colectivas barriendo hacia afuera, en particular sus países líderes. En el Mercosur, el proteccionismo desembozado ha reaparecido de la mano de Argentina, "justificado" para llevar adelante una política de industrialización.De pique, frente a estas realidades surge una primera gran pregunta. ¿Fueron estos esquemas utopías propulsadas por fuertes liderazgos políticos del momento que una vez extinguidos marcarían su languidecer inexorable?En el caso de Europa, obedeció a una excesiva ambición de apurar el paso buscando mayor integración económica como antesala de la política, cuando aún no estaban dadas ciertas condiciones necesarias básicas entre sus estados miembros. En los hechos era un riesgo calculado para asegurar el bien supremo de la paz en un continente desangrado por guerras.En nuestra comarca, el viejo imaginario de la integración como palanca básica del crecimiento inspiró discursos y aceleró acciones hacia la formación de un espacio económico que ayudaría a diluir las asimetrías entre sus socios. Los hechos lo desmintieron a través de la profundización de la industrialización de su socio mayoritario, hecho que a la larga iría a generar una colisión con Argentina. En definitiva las condiciones iniciales bajo las cuales arrancó el proceso necesariamente llevarían a ese resultado.Es apresurado aún decir que ambos esquemas son utopías en vías de extinción, pues debe reconocerse que...

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