Recreación de un duelo y utilidad de la memoria

JORGE ABBONDANZAUna versión teatral de Álvaro Ahunchain sobre el libro de Diego Fischer "Qué tupé", puede verse en el Teatro Alianza con elenco encabezado por Júver Salcedo y Álvaro Armand Ugon.Lo que sigue no es un juicio sobre la calidad de una puesta en escena ni sobre los reparos que pueda merecer el espectáculo. Es apenas una reflexión sobre su contenido, que reconstruye un episodio de hace 91 años. Lo que ocurrió en la mañana del 2 de abril de 1920 en el Parque Central de Montevideo, fue un duelo a pistola entre dos figuras políticas, el ex-presidente colorado José Batlle y Ordóñez y el diputado blanco Washington Beltrán. Pero lo que parecía destinado a ser otro reto caballeresco y protocolar fue en cambio una tragedia, porque cortó la vida de Beltrán a los 35 años de edad.Con la perspectiva de casi un siglo, el duelo como herramienta en defensa del honor, como recurso para zanjar una discordia entre dos antagonistas y como certificado de hidalguía, ha perdido la aureola sombría que le otorgaba su carácter de desafío viril y hasta su trasluz de peligroso coraje, para quedar como reliquia de un pasado donde la búsqueda de una reparación por las armas podía ser más grave que el hecho que la promovía, por lo cual el valor simbólico que se perseguía estaba en peligro de convertirse en un desastre irreparable, como sucedió en este caso.Por algo la palabra duelo tiene una triple acepción como lance entre rivales, como muestra de pesar ante una muerte y como reunión en torno a una pompa fúnebre. El de abril de 1920 tuvo el oscuro privilegio de sumar los tres significados, por lo cual el enfrentamiento que ahora se evoca dispone de varios perfiles macabros en lugar de uno, obligando a asociar el desplante de un intercambio de balazos entre dos personalidades, con el abatimiento de un joven legislador muy brillante y con el papel jugado por un dirigente sexagenario, que salió ileso del trance y luego pasó tres días en la cárcel.Es muy útil que se reconstruya el episodio en un montaje teatral, no solo para refrescar la memoria sobre un acontecimiento ya remoto, sino además porque -como afirmó...