Entender y justificar

El problema es que confundir las dos cosas es la forma de actuar, discutir y hacer política de muchos infantiles que participan del debate público. Desacreditar al adversario de turno a partir de tratar como sinónimos, por ignorancia o mala fe, la explicación de la justificación. Cuando se hace esto no hay debate de ideas, puede haber un triunfo retórico, acumulación política, o la más berreta propaganda. Pero debate verdadero de ideas, no hay.> > Renunciar a explicar hechos injustos es muy cobarde, es cómodo refugiarse solo en la moralina de condenarlos y señalar a los malvados. Pero además de cobarde es bastante inútil. Nada se soluciona si no se entiende de verdad. Desde esta pobreza intelectual se escuchan renuncias a entender cómo razonan los delincuentes y qué incentivos enfrentan, qué contextos facilitan la corrupción o por qué algunas empresas fijan precios mayores en Uruguay que en otros países.> > Revisando la historia se vuelven más claros aún los minúsculos límites de no separar explicación y justificación. > > ¿Discutir la crisis de legitimidad de la república de Weimar es justificar el nazismo? ¿Narrar la frustración social y económica del Uruguay en los 60 es justificar la dictadura? Se contesta solo.> > Creo que muchos hacen esta renuncia de mala fe por mera táctica política, pero otros lo hacen desde la ignorancia generada por una obstrucción ideológica. Estos últimos tienen una "verdad final" que funciona a modo de axioma: las cosas malas pasan porque quienes las hacen son malos.> > ¿Qué más lindo que ser parte de una lucha...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR