Es ¡pah! ña

España grabó a fuego su nombre en la historia del fútbol al ganar Eurocopa, Mundial y Eurocopa en forma consecutiva. "La Roja" echó raíces en 2008 para este trébol memorable. Una generación insuperable de jugadores se galvanizó en Austria y Suiza con el objetivo de provocar un cambio sustancial con el sello del toque, la posesión y el buen juego en la recuperación de la pelota y en las proyecciones ofensivas.La final ante Italia a la que apabulló 4-0 fue una muestra de que el sistema no cambia a pesar de las circunstancias y que en el mundo no existe antídoto para desactivar y ni siquiera atenuar los efectos adversos y el daño colateral que genera "La Roja", que se reafirmó como una de las grandes selecciones de todos los tiempos. Al menos, dio una magistral clase técnica y táctica.Los jugadores asumieron la nueva conquista con júbilo y una humildad que traen de su cuna futbolísticas. Ejemplo: Andrés Iniesta, el cerebro del equipo, elegido el mejor jugador de la final. "No juego para ganar premios individuales. Lo que conseguimos es único y mágico e irrepetible. El gol no es lo máximo en el fútbol, me da igual quién los haga. La gente valora lo que hago. Tenemos que disfrutar el momento. Seguimos sin darnos cuenta de la grandeza que tiene. El fútbol es mi vida. No sería lo mismo si no lo tuviera. Desde pequeño que estoy con el balón. No podía imaginar...

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