Escolares perreando

"Se imponen canciones con letras cargadas de misoginia, machismo, sexismo y discriminación, generalmente del género reguetón", denuncian en su misiva a la ANEP. > > El organismo decidió intervenir en uno de los centros educativos señalados, aclarando que no serán identificados públicamente. > > Ya es suficientemente grave que las maestras de algunas escuelas elijan música basura para compartir con sus alumnos. Y no la califico así solo porque promueva el sexismo. Es música que no resiste ni la más benevolente evaluación de calidad, compositivamente pobre y poéticamente estúpida. > > Pero el relativismo cultural al uso en esta tardía posmodernidad yorugua hace que muchos callen esta verdad irrefutable. Lo políticamente correcto es lo que expresa el consejero de ANEP Pablo Caggiani, cuando es consultado por el mismo matutino: "Si determinadas expresiones culturales son parte de la sociedad, necesariamente van a estar presentes en el aula". Para Caggiani, los alumnos de sexto año pueden bailar una canción de Maluma que está de moda (el mismo estropicio estético que inauguró el Antel Arena), pero aclara que su mensaje sexista debe ser abordado en clase, "como problema". Con esto, Caggiani nos está diciendo dos cosas.> > Por un lado, que el sistema no debe ejercer la potestad de elegir los productos artísticos que somete a los niños. Como si, usando el mismo criterio, se pudiera incorporar juguetes bélicos en las aulas, se reemplazaran los poemas de Juana de Ibarbourou por chistes verdes o se alimentara a los niños en los comedores escolares con comida grasienta. Por el otro, que la calidad de esos materiales no merece ser considerada; alcanza con hablar a los niños de lo malas que son las letras, después...

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