Un fallo entre amenazas y promiscuidad institucional

A horas de que el tribunal que juzga a Cristina Kirchner en el llamado "caso Vialidad" de su veredicto, un diario allegado al kirchnerismo, publicó chats entre empresarios, funcionarios del PRO y magistrados tramando argumentos falaces sobre una invitación que debieron haber rechazado. El viaje de esos funcionarios y magistrados a Lago Escondido, invitados por un millonario británico amigo de Mauricio Macri, estuvo organizado por la empresa de medios de comunicación que lleva años enfrentada con los gobiernos kirchneristas. Que en octubre, o sea en la antesala del histórico y electrizante veredicto, personas vinculadas directa o indirectamente con el proceso hayan tenido (en el mejor de los casos) la indecorosa negligencia de aceptar esa invitación, muestra la decadencia que carcome la vida institucional en Argentina. La pelota quedó picando en la puerta del arco y el oficialismo intenta no desperdiciarla, por eso mandó al mismísimo presidente a subrayar por cadena nacional la gravedad de lo trascendido. Cuando las que se filtraban eran escuchas de Cristina Kirchner, Alberto Fernández cuestionaba, y con razón, la ilegalidad de tales filtraciones y la inmoralidad de los medios que las difundían. Pero ahora, frente a una filtración que o bien produjeron los servicios de la inteligencia del Estado o bien aparatos privados de espionaje, el mandatario pasa por alto la gravedad del acto de espionaje ilegal y la inmoralidad de los medios que la difundieron. Sobran razones para sospechar que se trata de una operación montada para agravar las sospechas que genere el fallo, en caso de que sea una condena. Pero también sobran razones para dudar de la integridad moral y solvencia intelectual de los magistrados y funcionarios que se confabulaban por chat. Por manipuladas que estén esas comunicaciones, parece claro que los involucrados no estaban actuando a la altura de sus funciones y responsabilidades. Las revelaciones y el fallo pueden generar desbordes de magnitud insospechada. A la furia flamígera que provocaría una condena, las filtraciones inyectarán combustible de manera incendiaria. Lo que no cambiará es lo que piensan en las dos veredas enfrentadas de la grieta. Los kirchneristas seguirán pensando, con un argumento más, que todo es una conspiración del poder mediático y la casta judicial para encarcelar a Cristina. Mientras en el otro extremo ni siquiera debatirán el significado del viaje a Lago Escondido. Y si el veredicto no contuviera...

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