Una 'favelización' a la uruguaya

por Martín AguirreLa medida no deja de ser polémica. Sobre todo proviniendo de un gobierno de izquierda. Pero la decisión del Ministerio del Interior de lanzar "operativos de saturación" en zonas conflictivas de Montevideo representa la primera muestra real de que el gobierno ha decidido tener una actitud más activa en el combate al delito. Y, más allá de los magros resultados en requisas y procesamientos, y la discutible legalidad de algunas detenciones "al voleo", la reacción de los vecinos parece positiva. Aunque más no sea como una forma de mostrar la presencia del Estado en zonas que ya lucen peligrosamente parecidas a guetos liberados para criminales.El ministro Bonomi alertaba del fenómeno hace poco. "Se está dando un proceso de feudalización en barrios de Montevideo y el litoral, donde la delincuencia busca correr a la Policía". Ese incipiente fenómeno se explica por dos factores fundamentales; el crecimiento de los asentamientos irregulares, y la explosión del consumo de pasta base.Es que con sus callejuelas y pasajes estrechos, la alta marginación e informalidad, tasas de natalidad que triplican al resto de la sociedad, los asentamientos son el caldo de cultivo perfecto para crear estos guetos delictivos. Barrios en los que una minoría de malvivientes, ante la ausencia del Estado, termina imponiendo su voluntad a una mayoría de población honesta y trabajadora.Pero ¿cuál es la magnitud y extensión de este fenómeno? ¿Cuáles son las causas de su expansión? ¿Qué se hace para enfrentarlo?En Uruguay hay unas 260 mil personas que viven en asentamientos irregulares. Un fenómeno que tuvo su pico en la década de los 90, motivado por los altos precios de las viviendas, las dificultades del mercado formal de alquileres, y las crisis económicas. Sin embargo, el mismo no se ha visto resentido por el aura de prosperidad actual. Según datos oficiales, entre 2008 y 2010 se construyeron 3 mil nuevas viviendas en asentamientos, a un ritmo de cuatro por día.Casi el 60% de los asentamientos se encuentra en Montevideo, y lejos de la percepción popular un 78% de las viviendas allí existentes son construidas con materiales sólidos, como bloques y ladrillos. Se trata de un mercado de vivienda paralelo que en 2008 se calculaba que movía más de 25 millones de dólares por año. Un estudio de la ONG "Un techo para mi país" revela otros datos que dan una idea del panorama de marginalidad allí existente. Más de la mitad de los asentamientos está construido en terrenos públicos...

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