Federico Chopin: entre dos patrias

En el marco del piano romántico, rasgo distintivo del siglo XIX, el nombre de Chopin brilla deslumbrante. A diferencia de otros maestros de ese grupo que, como Liszt o Schumann, cultivaron diversos instrumentos, el teclado ocupó casi toda su obra. Salvo alguna canción el piano fue el protagonista, en pocas ocasiones acompañado de orquesta.Su obra se volcó casi siempre en las pequeñas formas, microcosmos de una pureza y perfección sin igual.A pesar que nació en Zelazowa Wola, pronto la familia se muda a Varsovia. En 1830 deja la capital polaca iniciando una serie de giras por toda Europa. No regresará más a su país, pero vivirá atrapado en un sentimiento patriótico muy fuerte, atento a las desdichas de Polonia.Desde el año 1832 se instala en París, entonces capital del romanticismo. Desarrolla allí toda su actividad. No sólo compone e interpreta, también da lecciones y se vincula con el universo literario y musical de la capital francesa. No cesa en sus giras y la relación amorosa con George Sand está ligada a una temporada en Mallorca, en la cartuja de Valldemosa...