Festival de demagogia

El país amanece hoy con un nuevo paro general del Pit-Cnt. La medida, que no por repetida es menos dañosa, tiene como consigna concreta ser "en defensa del trabajo, del salario, de las condiciones de vida, del gasto social, por un país productivo con justicia social".

Lo de concreta es un chiste. Lo que no es un chiste en absoluto es el nivel de hipocresía, demagogia e incoherencia que refleja esta medida.

Por un lado porque estamos en un momento económico del país a todas luces complicado donde nadie, ni empresas, ni trabajadores, ni el estado en general, se pueden dar el lujo de perder días productivos. La realidad de este tipo de medidas es que suele ser acatada por una minoría, pero al afectar a sectores clave como el transporte, las oficinas públicas, y la educación, en el fondo se obliga a la mayoría de los trabajadores a padecer un día lleno de complicaciones, costos extras y caída de la productividad. Esto sonará exótico para la aristocracia sindical que vive en el olimpo de la licencia gremial perenne, pero para la gente de a pie, es la cruda realidad.

Por otra parte, porque se trata de una medida que busca presionar al mismo partido político al que el Pit-Cnt apoyó en las últimas elecciones de manera explícita. Basta recordar que la central organizó otro paro en plena campaña, por las dudas de que la sociedad decidiera libremente votar a otro partido.

Pero hay un agravante en esto último. El paro es apoyado también por el Partido Comunista y otros sectores minoritarios del propio partido de gobierno. Como lo escucha usted, es apoyado por sectores políticos del propio partido contra el que se realiza la medida. Y lo que es peor, para supuestamente enfrentar la consecuencia de una situación económica generada pura y exclusivamente por el despilfarro y desmanejo del gobierno anterior, también del mismo partido, y donde quienes ahora se muestran más indignados tuvieron enorme protagonismo.

En el caso del Partido Comunista uruguayo este tipo de contradicciones y doble discurso difícilmente sorprenda a nadie con un mínimo conocimiento de historia. Un partido que lleva ya casi un siglo siempre parado del lado errado de la historia, que apoyó a las dictaduras genocidas del Pacto de Varsovia, a Hitler cuando transó con ellas, a la dictadura uruguaya cuando creyó que tiraba para su lado, a la monarquía cubana, y ahora al presidente venezolano que dialoga con la fauna aviar. Eso sí, siempre reivindicando ser la voz oficial de los pobres y...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR