FFAA y misiones de paz

Cíclicamente se abre el debate acerca de la pertinencia y conveniencia de la participación de Uruguay en las Misiones de Paz. Hay quienes sostienen que hacerlo no nos favorece en absoluto y que por el contrario se terminan sirviendo intereses que poco tendrían que ver con los nacionales.Mirando un poco hacia atrás es claro que la vocación de nuestro país por servir a los intereses de la paz y de la seguridad internacional no es nueva. Podemos remontarnos al conflicto que en la primera mitad del siglo pasado mantuvieron Paraguay y Bolivia, en el que efectivos uruguayos actuaron en varias instancias, en calidad de observadores. Posteriormente, nacida ya la ONU, se pasa a participar en la zona de Cachemira (1952) en disputa entre India y Pakistán.Pero será a partir de 1982 cuando efectivos del Ejército Nacional participan de la fuerza internacional creada como consecuencia de los tratados de Camp David que Uruguay comienza a mantener un despliegue permanente en diferentes Misiones de Paz impulsadas por la ONU.A lo largo de los años las fuerzas uruguayas, militares fundamentalmente, pero también policiales y agentes civiles han participado en misiones de observación y de apoyo al mantenimiento de la paz. Para los militares y civiles uruguayos cada una de las misiones significa un enorme desafío en el que la capacitación constituye un elemento central.Tanto para el personal superior como para el subalterno, significa pasar a trabajar en un escenario real en el que los peligros acechan, y en el que el destino del colectivo depende de la compenetración que cada uno de los integrantes mantenga con el grupo. Sin duda, la responsabilidad de ejercer el mando y de saber obedecer adquiere una...

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