Entre la fiesta y la furia

Es difícil de entender. Hoy, luego de 64 años, la pelota de un mundial de fútbol volverá a correr en un estadio de Brasil, un sueño hecho realidad para uno de los países con mayor pasión futbolera del mundo. Y sin embargo, los titulares previos a esta fiesta del deporte global, han estado dominados por el descontento, las protestas y la furia de la población local. ¿Por qué pasa esto?Las razones son varias, y un poco más complejas de lo que los sensacionalistas reportes de los corresponsales deportivos de todo el mundo suelen hacer ver.Para empezar está el tema de la FIFA. Una organización que vive rodeada por un halo de secretismo, corrupción e impunidad asombrosa. Que funciona con códigos cuasi mafiosos, al margen de tribunales de justicia, de autoridades políticas democráticas, y de casi todas las formas de transparencia que han desarrollado los estados modernos. Ah, y que moviliza miles de millones de dólares al año. Esta mala imagen se ha agravado por los recientes escándalos en torno a la designación de Qatar como sede del mundial 2022, pero sobre todo al salir a luz las exigencias que la FIFA ha impuesto a Brasil para ser la sede de la Copa: desde construir estadios faraónicos, hasta legalizar la venta de alcohol en los estadios.Pero la FIFA es solo una parte del problema. La situación de enojo de muchos brasileños, en la previa de la Copa, se potencia por el momento político y económico que vive el país este año.Por un lado, está la notoriamente debilitada figura de la presidente Dilma Rousseff. Se trata de una mandataria muy poco carismática, de rostro adusto y mando severo. Alguien, en cierta forma, puesta a dedo por su predecesor Lula da Silva, para "gerenciar" el período de transición entre el fin de su mandato y su casi seguro regreso posterior. Una persona que no podría ser más distinta que Lula, y que ha sido golpeada, además, por un escándalo de corrupción en el seno del Partido de los Trabajadores, que ha puesto en serias dudas la chance de Lula de volver a aspirar al gobierno.Este caso, conocido como el Mensalao (la mensualidad) fue destapado por la revista Veja hace casi 10 años. Pero en su interminable deriva judicial, que ha culminado hace poco con casi toda la cúpula del PT en...

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