El final de tres mandatos y el cambio continental

MIGUEL ÁNGEL BASTENIER | PERIODISTAEl presidente Obama y los hermanos Castro viven su último mandato, sin posibilidad de prórroga. Y aun hay un tercero, el del presidente venezolano Hugo Chávez, cuya continuidad se presta a confusión. Todo ello puede influir en el futuro de la Gran Antilla.Cuba está cambiando. Las reformas de Raúl Castro, cuya presidencia ha convertido a Fidel en una especie de Espíritu Santo, apuntan a la formación de una economía mixta, con un espacio para el mercado; la descentralización con la separación entre Iglesia, quiero decir Partido, y Estado; y la limitación del tiempo de ejercicio de los gobernantes, con algún grado de libertad al ciudadano como el permiso para permanecer hasta 24 meses circulando por el mundo. Pese a todo ello, Cuba sigue siendo una dictadura, que parece lo único capaz de imaginar el castrismo para su país.Y América Latina cambia también, como prueba el éxito diplomático de La Habana que representa la designación de Raúl Castro como presidente por 2013 de la CELAC, organización de Estados de América Latina y el Caribe, efectiva en Santiago, y posición en la que sucede al presidente chileno, Sebastián Piñera, símbolo de una derecha democrática, orgullosa de sí misma.Las reformas raulinas, delicadas como un pase de torero, encuentran graves dificultades, según el economista cubano Carmelo Mesa Lago, porque hay "disenso en la cúpula de poder, así como en los niveles intermedios". Unos se oponen a las reformas -sobre todo en el exilio de Miami- porque piensan que si no las hay la exacerbación autoritaria puede hacer caer el régimen; y otros, en la isla, como señala el analista Arturo López Levy, porque temen que menoscabe su suntuario disfrute del poder.América Latina parece creer, sin embargo, que hay que dar una oportunidad a este castrismo segunda versión. Y con ello la presidencia de la CELAC constituye todo un reconocimiento, un borrón y cuenta nueva para uso externo. Primero, porque simboliza el fracaso de la política de aislamiento practicada por Washington, que no ha hecho sino apuntalar el régimen y aureolar a Fidel como héroe del nacionalismo latinoamericano, al tiempo que le permite apuntarse un triunfo al chavismo, que fue quien mas luchó para incluir a Cuba en los cónclaves de la zona. Segundo, se instala un cierto respeto al pluralismo ideológico, o deber de no injerencia...

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