'Flexiseguridad' en lo laboral

Es decir, ¿cómo le podremos garantizar a las empresas la flexibilidad que como nunca antes necesitan para proyectarse, y a los trabajadores y sus familias el debido bienestar? En este mismo orden, ¿la protección al trabajador debería seguir centrada en su vinculación con el puesto de trabajo o con el empleo?

Dinamarca, a través de la "flexiseguridad", desde hace ya bastantes años encontró su respuesta. Esta estrategia política sincroniza la flexibilidad entre la organización del trabajo y las relaciones laborales con la seguridad social. La complementariedad de ambos componentes es absoluta y le ha dado coherencia a un modelo que le permite al país gozar indicadores envidiables: primeros lugares a nivel global en desarrollo humano, competitividad, innovación y ecosistema empresarial; un déficit fiscal del 0,9% del PBI; un ingreso per cápita que supera los U$S 50.000; una tasa de empleo del 73% y un desempleo del 5,7%. Pacíficamente conviven un mercado de trabajo tan o más flexible que el del Reino Unido y una protección social que nada tiene que envidiar a Francia.

A tal punto este modelo ha fascinado a las autoridades políticas de la Unión Europea que así se refleja desde el Tratado de Lisboa de 2007 hasta su vigente Estrategia 2020. El propósito final comunitario es acumular capital humano y promover un cambio de paradigma: "desde el trabajo estable al empleo a lo largo de toda la vida".

Esta flexiseguridad se circunscribe a un "triángulo mágico" que combina:

Un mercado laboral que facilita la inserción, la salida y la reincorporación;

El apoyo a la transición mediante políticas activas y programas de formación que responden a un sistema educativo fuertemente orientado a la producción;

Una generosa protección contra el desempleo.

La flexibilidad está presente en todos los ámbitos, a fin de permitir la adaptación de las empresas ante los imperativos del mercado. Tienen alta facilidad para contratar trabajadores, como para despedirlos y están habilitados los cambios en el horario laboral, los cuales pueden renovarse anualmente. A su vez, una gran variedad de contratos hacen explícita la temporalidad y fragilidad del puesto de trabajo, y un rasgo no menor es el bajo costo laboral que debe asumir el empleador tanto en seguridad social como en impuestos. Cambiar de empleo es algo habitual: cerca del 25% de los trabajadores del sector privado lo hace cada año.

En contraposición, la seguridad se apoya en un extenso sistema de protección social...

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