Forma de caminar influye en el estado de ánimo y la salud

Nuevas investigaciones analizan cómo la manera de movernos y caminar puede incidir en la sensación de bienestar, así como dar pistas de deterioro cognitivo.ynbsp;

Caminar no solo nos ayuda a desplazarnos de un lugar a otro. Está demostrado que es una herramienta más para mantenerse en forma y alejar una serie de patologías que vienen de la mano junto con el sedentarismo. Pero ahora los científicos están yendo un paso más allá. Literalmente.

Un ejemplo. No cabe duda de que el estado de ánimo afecta claramente cómo caminamos, pero la evidencia más reciente muestra que esta relación es recíproca y que estar consciente de nuestra postura o de la firmeza con que se pisa puede ayudar a cambiar la forma como nos sentimos.

Así lo plantea un grupo de investigadores canadienses y alemanes que partieron de un hecho habitual: cuando una persona está triste o sin ánimo, suele llevar los hombros caídos o arrastrar los pies, y, en cambio, avanza como dando "saltitos" o rebote cuando está feliz o de mejor humor.

"No es de extrañar que nuestro estado de ánimo, la forma en que sentimos, afec-ta la manera en que caminamos; pero quisimos ver si la forma en que nos movemos también afecta a cómo nos sentimos", explica Nikolaus Troje, del Departamento de Psicología de la Universidad de Queens, en Canadá, y uno de los autores de la investigación, en la que también par- ticiparon las universidades de Hildesheim y Witten/Herdecke, en Alemania.

Sin explicarles qué es lo que se iba a evaluar, a un grupo de participantes se les mostró una lista de palabras positivas y negativas -como "bonito", "miedo" y "ansiedad"-, y luego se les pidió que caminaran sobre una cinta trotadora, mientras medían su marcha y registraban sus posturas.

Al terminar, los voluntarios tuvieron que escribir todas las palabras que pudieran recordar de la lista que se les presentó al comienzo. Entonces los investigadores observaron que aquellos que habían estado caminando en un "estilo deprimido" -con menos movimiento de brazos y los hombros inclinados hacia adelante- recordaron muchas más palabras negativas. En cambio, quienes caminaron con una actitud más feliz -espalda recta, hombros hacia atrás y balanceando los brazos- retuvieron más conceptos positivos.

Según Troje y sus colegas, esta diferencia en la memoria sugiere que el estilo de caminar deprimido en realidad creó un estado de ánimo más deprimido. De allí que sugieran que intentar caminar como si nos sintiéramos felices o tristes puede...

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