Francisco Cerro, el volante argentino de Wanderers que estudia abogacía y que ve al fútbol uruguayo 'en crecimiento'

Por Juan Pablo Romero.Ordenado, calmo y sobrio. Francisco Cerro (35) declara como juega. Mantiene un tono ameno mientras habla con Ovación sobre su presente en Wanderers, donde es titular indiscutido de un equipo que está tercero y que pretende definitivamente meterse en la lucha por el título del Apertura.Venir a Uruguay fue una decisión meditada y con un fin claro, que es el que rigió gran parte de la carrera del volante central: el de tener continuidad. Ese objetivo que lo llevó, incluso, a irse de Rayo Vallecano en 2018 cuando no tenía los minutos que deseaba y el equipo, que había logrado el título y el ascenso a LaLiga, le había ofrecido una extensión.Cerro jugó con el Torito Rodríguez en Defensa y Justicia y con el argentino Ariel Cabral (hoy en Racing de Sayago), y ellos fueron algunos con los que Cerro habló antes de tomar la decisión de venir a Uruguay. Una decisión que fue familiar (está casado y tiene dos hijos pequeños) y de la cual está muy contento, por cómo se vive en Uruguay y por cómo se siente en Wanderers, a pesar de que tiene una hora de viaje diario desde su casa, en un barrio privado en Canelones, al complejo Walter Devoto."Conocía la historia de Wanderers. Me gusta el fútbol y miro mucho. Me había tocado enfrentarlo en instancias decisivas de Libertadores, cuando en 2016 yo jugaba en Racing (por los octavos de final). Lo que a mí me sedujo fue principalmente la llamada del Chapa (Sergio Blanco) y las aspiraciones deportivas que tiene el club y que por suerte estamos en camino. Sobre la calidad de vida, sabíamos lo que es Uruguay y que íbamos a estar muy felices", cuenta Cerro con un acento particular. Es nacido en Santiago del Estero, que queda a poco más de 1.000 kilómetros de Buenos Aires."Yo estaba muy bien en Mar del Plata, en un club espectacular como lo es Aldosivi, familiarmente muy adaptado. Ya tengo una edad que empiezo a ser selectivo con los pasos a tomar. Consciente también que no es algo que lo tenga que definir solo sino que tengo que tener en cuenta un montón de otras variables. Lo principal era que la familia estuviera bien, que sabíamos que en Uruguay eso iba a pasar. El llamado del Chapa fue clave y yo también siempre me he movido por ambición; en Wanderers encontré, además de un club ordenado y una calidad humana espectacular, esa idea de ir por más, de poner a Wanderers en los primeros puestos, por qué no soñar con un campeonato y una clasificación a la Copa", explica con naturalidad.En los...

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