¿Funciona el recorte fiscal?

Los promotores del recorte fiscal prometieron que conduciría a una marcada aceleración del crecimiento económico y produciría enormes aumentos en los salarios; esperaban que también produjera importantes dividendos políticos para las elecciones intermedias de Estados Unidos.

¿Y qué tal va? En términos políticos, el recorte fiscal es un fiasco: la mayoría de los electores dicen que no han visto ningún aumento en su salario y los republicanos apenas hablan de la ley en sus campañas políticas. Sin embargo, ¿qué hay de la economía?

Podrían estar tentados a señalar que es muy pronto para decirlo. Después de todo, la ley solo ha estado en vigor durante unos cuantos meses, y apenas hace unos días pudimos ver por primera vez un crecimiento económico posterior al recorte fiscal. No obstante, esto es lo que sucede: para cumplir las promesas a aquellos que lo patrocinan, el recorte fiscal tendría que producir un enorme aumento en la inversión empresarial, no a largo plazo, ni en cinco ni diez años; a partir de ahora, sino más o menos de inmediato. Pero no hay signos de que algo así esté sucediendo.

Ahora hablemos de economía. Cualquier cosa que aumente el déficit presupuestal debería conducir, si todo lo demás se queda igual, a un mayor gasto general y a una sacudida de la economía a corto plazo (aunque no hay nada que indique que haya tal sacudida en las cantidades del primer trimestre, que fueron decepcionantes). No obstante, si uno quiere estimular el gasto general, no hay que otorgar exenciones fiscales enormes a las corporaciones. Se pueden hacer muchas otras cosas en lugar de eso; por ejemplo, gastar dinero en arreglar la infraestructura ruinosa de Estados Unidos, un tema sobre el cual Trump sigue prometiendo un plan, pero que sencillamente no presenta.

Además, todo impulso a corto plazo probablemente sería suprimido de inmediato por la Reserva Federal, que cree que el desempleo es nulo y que de manera gradual está aumentado las tasas de interés para evitar que la economía se sobrecaliente. Se puede argumentar que la Fed se equivoca, pero el argumento a favor de una política monetaria más expansiva no tiene nada que ver con el recorte fiscal de Trump.

El argumento a favor de un recorte fiscal corporativo es la promesa de que a largo plazo aumentará los salarios. ¿Cómo se supone que eso funciona?

Nunca tuvo sentido creer que las corporaciones compartirían su botín del recorte fiscal de inmediato con los trabajadores, y en efecto no lo han hecho...

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